El palacio de Liria: el gran legado de la duquesa de Alba

Actualizado: martes, 23 junio 2009 19:55

Casi quinientos cuarenta años después de la Fundación de la Casa de Alba, su cabeza visible actual, Cayetana Fitz-James Stuart, tercera mujer que hereda el título por derecho propio, es seguramente la española que más tesoros artísticos tiene en propiedad. Sus tres palacios más importantes, el Palacio de Monterrey, la Casa de las Dueñas y, sobre todo, el Palacio de Liria guardan entre sus paredes grandes obras de arte que, lejos de estar escondidas, pueden ser admiradas al menos en el caso del palacio madrileño por los curiosos y los aficionados a la pintura, la escultura o los tapices. Estas colecciones abarcan las más diversas facetas de las artes plásticas, pero el capítulo más importante está formado por las pinturas.

Ha sido precisamente doña Cayetana la propulsora de mostrar determinadas áreas del Palacio de Liria, el edificio histórico de la Casa de Alba que reúne las obras artísticas más valiosas, al público y es la que nos abre hoy sus puertas para poder disfrutar de las salas más vistosas de este palacio y alguna privada donde luce, por ejemplo, su único Picasso, un cuadro que data de 1920 cuyo nombre es "Composición cubista". La pintura está colocada en uno de los salones privados del palacio junto a otras obras de maestros de la pintura como Dalí o Renoir.

El edificio

El elegante palacio de Liria es un edificio de planta cuadrilonga (rectangular alargada) que fue construido en estilo barroco clásico bajo la dirección de Ventura Rodríguez entre 1772 y 1780, por encargo del duque de Alba y III duque de Berwick y de Liria, don Jacobo Fitz-James Stuart. Situado entre dos jardines, el delantero, inglés, y el trasero, francés, sus impresionantes fachadas fueron las únicas que resistieron la ruina que provocó la guerra civil en el palacio. Durante este conflicto el palacio sufrió el asalto de las milicias del Partido Comunista, que lo incendiaron. Este hecho provocó la destrucción de la mitad de la biblioteca, de la mayoría de los grabados, pero las pérdidas en las obras pictóricas no fueron demasiado sensibles. Afortunadamente, consiguió recuperarse tanto el archivo de la Casa de Alba como muchos de sus valiosos objetos. Tras el conflicto, comenzó la etapa de reconstrucción del palacio. El XVII Duque, don Jacobo, padre de doña Cayetana, asumió la obligación resumida en la inscripción que figura en la escalera del palacio y que tomó de Cicerón: "Para los dioses inmortales cuya voluntad fue, no sólo el que yo heredara estas cosas de mis antepasados, sino el que se las transmitiera también a mis descendientes". Coraje, sentido histórico, más grandeza...

De la gestión del palacio-museo se encarga actualmente la Fundación Casa de Alba. Hoy, el público puede admirar algunas de sus bellas salas, si bien el sistema de visitas es restringido. Su emplazamiento en una de las vías más concurridas de Madrid, la calle de la Princesa, permite al visitante realizar un increíble viaje en el tiempo sin salir del centro de la capital. Un paseo por sus estancias nos lleva a conocer parte de la historia de España y a aproximarnos al arte europeo desde el siglo XVI hasta hoy.

Interior del palacio

La pasión por el arte, el buen gusto y el amor por lo que les es tan propio queda reflejada en el interior del edificio. La exquisita decoración, el cuidadoso detalle con que cada una de las piezas es situada, atendiendo a criterios históricos y artísticos, hacen que el paseo por sus salones exceda el ámbito cultural y que el asombro no sea sólo causado por la belleza y grandiosidad de lo expuesto, sino que intervenga una sensación de agradecimiento por el mimo con que se nos ofrecen a la vista.

La pinacoteca del palacio supone repasar, casi sin excepción, la lista de los más importantes pintores europeos. Velázquez, Goya, El Greco, Zurbarán, Ribera, Murillo, Vicente López, Federico y Raimundo Madrazo o Zuloaga, entre los españoles, acompañan a Fra Angélico, Palma "Il Vecchio", Perugino, Rubens, Tiziano, Pablo Veronés, Bonifazio Veronese, Mengs, Brueghel de Velours, David Teniers o Vlieger, entre otros muchos artistas.

La colección de tapices merece especial atención. Desde el que en el vestíbulo principal representa "La lucha de los griegos y las amazonas y la muerte de la reina Pantasilea", la pieza más antigua documentada, hasta los tres tapices que representan "La Victoria del Gran Duque de Alba en Gemmingen en 1568", pasando por los elaborados en Gobelinos, muy especialmente los espectaculares retratos de Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo.

Esta visita se enriquece con la contemplación del mobiliario, las colecciones de relojes, de armaduras -a destacar la que perteneció al Conde-Duque de Olivares y que vemos reproducida en el retrato ecuestre que de él realizó Velázquez-, espejos y, en definitiva, del conjunto de excepcionales piezas que guarda este palacio.

Sala de la Duquesa de Alba

La Sala de la Duquesa de Alba, también llamada de Goya, es una de las salas principales del palacio y una de las preferidas de doña Cayetana. La razón principal no es otra que la de albergar uno de los retratos femeninos más importantes de Francisco de Goya, no sólo por su valor artístico sino también por su valor sentimental para el ducado de Alba: el retrato de María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, XIII Duquesa de Alba, representada un día por Goya como "La Maja desnuda" y "La Maja vestida". También se exhiben otras piezas fundamentales en esta sala, como el elegante mobiliario y la excelente serie de miniaturas de retratos franceses desde finales del siglo XVIII hasta principios del siglo XIX.

"Composición cubista", de Picasso

Pero en esta ocasión doña Cayetana, XVIII Duquesa de Alba, ha querido posar precisamente con una obra del genial Pablo Picasso, pintor malagueño del que se cumple este año el treinta aniversario de su muerte. La duquesa ha querido mostrar por primera vez uno de los cuadros a los que más cariño tiene, un Picasso que data de 1920 cuyo nombre es "Composición cubista". La pintura está ubicada en uno de los salones privados del Palacio de Liria junto a otras obras de maestros de la pintura como Dalí o Renoir, por lo que el público no puede admirarlo. El cuadro pertenece a la familia desde hace veinticinco años y la propia duquesa confiesa que pertenece a una de sus épocas preferidas del pintor.

Cayetana Fitz-James Stuart considera al creador del cubismo "uno de los pintores más grandes que hayan existido", al mismo tiempo que califica a su obra como "una auténtica maravilla". De hecho, ella misma, o mejor dicho su imagen, podía haber formado parte de la historia de la pintura contemporánea de haber aceptado la oferta de Picasso de plasmar su retrato en un cuadro. Finalmente, Doña Cayetana, dieciocho veces Grande de España y representante de un total de cuarenta y seis títulos nobiliarios entre ducados, marquesados, condados y vizcondados, declinó la oferta.