Palmeras que llenan de exotismo el jardín

Palmera en jardín.
EP
Europa Press Chance
Actualizado: jueves, 12 noviembre 2009 12:00

En los oasis del desierto, playas vírgenes, manglares y otros lugares exóticos hermosas palmeras nos regalan una estampa paradisíaca. Las palmeras son un elemento de la naturaleza que gracias a su gran valor ornamental se han convertido en una especie muy demandada para la decoración del jardín.

La elegancia de su silueta y sus llamativas hojas hacen que sea un objeto de deseo para el exterior de la casa. A pesar de tener una floración poco vistosa la delicada belleza de la palmera compensa sobradamente esta característica.

Clima ideal y consejos para su cultivo

La mayoría son naturales de territorios tropicales y subtropicales. En las tierras templadas de Europa es común su cultivo, en el sur de Francia, el litoral mediterráneo de la península Ibérica y en las Islas Griegas. Por lo general casi todas las especies de palmeras necesitan ser cultivadas en regiones con temperaturas cálidas o cuanto menos suaves.

A pesar de esta condición, si se toman las medidas adecuadas y se protege a la planta situándola estratégicamente en algún lugar del jardín que esté resguardado, ya sea bajo la copa de algún árbol alto, o junto al muro de la pared de la parcela y orientándolas hacia el sur, aunque sea en comarcas poco calurosas, pueden sobrevivir.

La palmera Datilera y la Excelsa son las más adecuadas para las regiones de meteorología adversa. Una solución para que superen el frío y los rigores del invierno es atar fuertemente con una cuerda sus hojas (sujetándolas en posición vertical y hacia arriba) de forma que queden agrupadas en el centro donde acaba el tronco con el fin de que protejan las yemas de crecimiento que residen en el corazón de la planta.

Las raíces de estas especies suelen ser muy superficiales, una medida para que no se hilen es cubrir la base del suelo con cortezas de árbol y añadir una fina capa de grava. El tipo de suelo más conveniente para el cultivo de la palmera es aquel que tenga un buen drenaje. Una alternativa para no encharcar a la planta es cultivarla en un terreno elevado a mayor nivel del suelo.

En cuanto a la iluminación no es necesaria la exposición directa a los rayos solares pero si una buena cantidad de luz, es fundamental que estén en zonas en las cuales la iluminación sea abundante.

Una elección entre 3000

Más de 3000 especies pertenecen a la familia de las palmas, la amplia variedad permite elegir la más adecuada a nuestro espacio. Es importante tener en cuenta el tamaño que alcanzará en un futuro, cuando sea adulta. Para jardines pequeños lo más recomendable es elegir las de tamaño reducido y un tronco no muy alto, la proporción entre el volumen que van a ocupar y el terreno con el que contamos para el jardín es un factor a tener en cuenta.

De todos modos pueden pasar muchos años hasta que alcancen su plenitud por lo que mientras tanto se puede ocupar un espacio que a medida que el tronco se vaya formando por completo habrá que dejarlo libre.

Además otra de sus características es que los trasplantes son fáciles de hacer. Cuando son adultas las posibilidades de que el traslado salga con éxito son muy altas. El mejor momento para el traslado de estas plantas es durante la primavera, desde el momento en el que desaparecen las heladas hasta el inicio del verano, coincidiendo cuando la actividad de la palmera es constante.

Por sus propiedades pueden plantarse de manera aislada, o juntas formando bellas agrupaciones, incluso también se pueden rodear de otras especies, todo depende de cómo quieras planificar tu jardín y cual sea el resultado que estás buscando.

Cóctel de especies exóticas

Para lograr un jardín que desprenda un gran atractivo oriental es muy acertada la combinación de palmeras con especies como el cactus, ambos pueden convivir en situaciones climatológicas iguales y además estas últimas no necesitan muchas atenciones para su conservación, pueden permanecer durante largos periodos sin necesidad de recibir agua y son capaces de soportar tanto las altas temperaturas como el frío invernal gracias a sus carnosos tallos.

La agrupación de especies exóticas como palmeras y plantas cactáceas deja como resultado un singular vergel. Un paisaje muy cálido con un agradable sabor mediterráneo.

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