MADRID 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
La clásica gabardina también conocida como trench es una de las prendas más icónicas que aúna comodidad y elegancia, y ha dejado de cumplir sólo la función de abrigo para los días de lluvia para convertirse en todo un must aunque se creó con una finalidad muy diferente.
El creador del trench no es otro que Thomas Burberry. El diseñador recibió una misión muy importante: crear una prenda resistente a la lluvia, calentita, cómoda y funcional para los oficiales británicos en la Primera Guerra Mundial, que debían pasar largas temporadas instalados en trincheras soportando condiciones meteorológicas extremas.
Fue así como nació el trench (de trinchera). Se convirtió en una prenda idónea, ya que al ser largo y al estar forrado, proporcionaba calor: al ser impermeable, no se calaba y además tenía grandes bolsillos con botones y solapa, de modo que podían guardar documentos e incluso armas sin miedo a que se cayeran.
Su comodidad y versatilidad hizo que el trench comenzara a complementar looks más urbanitas y burgueses. De hecho se convirtió en todo un icono de elegancia en los felices años 20 en Estados Unidos, en el que una buena gabardina y un sombrero eran el tándem del éxito profesional y la clase.
Hoy el trench, reinventado y revisado en sus materiales, formas, colores y cortes, sigue conservando ese espíritu masculino y sofisticado de inspiración bélica.