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MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los ciclones tropicales intensos han tendido a iniciarse unos tres días antes por década desde la década de 1980, según un estudio publicado en Nature.
Este cambio estacional puede estar relacionado con el calentamiento de los océanos, impulsado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los ciclones tropicales intensos, definidos como ciclones tropicales con una velocidad máxima del viento de por vida superior a 110 nudos (203,7 km por hora), son uno de los desastres naturales más devastadores. Los cambios en las características de los ciclones tropicales intensos (incluido el número de ciclones, sus intensidades y su duración) ya están bien estudiados, pero se sabe poco sobre los cambios en su ciclo estacional.
Para investigar si ha habido cambios en el ciclo estacional de los ciclones tropicales, Xiping Yu y sus colegas analizaron datos satelitales de 1981 a 2017.
Descubrieron que el tiempo de aparición de ciclones tropicales intensos muestra una tendencia hacia un inicio más temprano, a un ritmo de 3,7 y 3,2 días por década para los hemisferios norte y sur, respectivamente. Sin embargo, los resultados mostraron que el avance estacional sólo es notable en los ciclones tropicales intensos, y no en los menos severos.
Se ha demostrado que la aparición más temprana de ciclones tropicales intensos está asociada con aumentos más tempranos de la temperatura de la superficie del mar y del contenido de calor del océano, que se deben principalmente a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los investigadores examinaron datos del sur de China y el Golfo de México, dos regiones muy afectadas por ciclones tropicales, para investigar el efecto potencial de ciclones tropicales intensos anteriores sobre las precipitaciones extremas.
Los resultados mostraron que la aparición más temprana de ciclones tropicales intensos contribuye sustancialmente a una aparición más temprana de precipitaciones extremas, acompañadas de una cantidad anual creciente de eventos de lluvia persistente. Se necesita más investigación para desarrollar estrategias que protejan mejor a las personas y regiones con alto riesgo de sufrir ciclones tropicales intensos anteriores.
