MADRID, 13 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de informáticos de la Universidad de Texas ha determinado que los robots evolucionan con mayor rapidez y eficacia después de una extinción en masa virtual, una situación que, a su juicio, también se produciría en la vida real.
Así, más allá de sus implicaciones para la inteligencia artificial, esta investigación, publicada en 'PLoS ONE', apoya la idea de que las extinciones masivas en realidad aceleran la evolución al desatar una nueva creatividad en las adaptaciones.
"Un foco de destrucción puede conducir a resultados sorprendentes. A veces hay que desarrollar algo que parece objetivamente peor con el fin de desarrollar las herramientas que se necesitan para mejorar", ha explicado uno de los autores del trabajo, Risto Miikkulainen.
En biología, las extinciones en masa son conocidas por ser altamente destructivas, borrando una gran cantidad de material genético del árbol de la vida. Sin embargo, algunos biólogos evolucionistas suponen que los eventos de extinción aceleran la evolución mediante la promoción de los linajes que son las más evolucionables, es decir, los que pueden crear rápidamente nuevas características y habilidades útiles.
Miikkulainen y su equipo encontraron que, al menos con robots, este es el caso. Durante años, científicos expertos en computación han utilizado algoritmos computacionales inspirados en la evolución para entrenar cerebros de robot simulados, llamados redes neuronales, para mejorar una tarea de una generación a la siguiente.
La innovación del equipo de la Universidad de Texas en la última investigación fue examinar cómo una destrucción masiva podría ayudar en la evolución computacional.
LA INVESTIGACIÓN
En las simulaciones por ordenador, que conectan las redes neuronales a las piernas de un robot para que camine sin problemas y de forma estable, se introdujeron mutaciones a través del proceso de evolución computacional. Los científicos crearon muchos nichos diferentes para ontener información sobre una amplia gama de nuevas características y capacidades.
Después de cientos de generaciones, una amplia gama de comportamientos robóticos había evolucionado para llenar estos nichos, muchos de los cuales no eran directamente útiles para caminar. A continuación, los investigadores mataron al azar robots en el 90 por ciento de los nichos, imitando una extinción masiva.
Después de varios de estos ciclos de evolución y extinción, descubrieron que los linajes que sobrevivieron fueron los más capaces de evolucionar y, por tanto, tenían el mayor potencial para producir nuevos comportamientos. No sólo eso, en general aquellos que se convirtieron en las mejores 'soluciones' en la tarea de caminar fueron evolucionado en simulaciones con las extinciones en masa, en comparación con las simulaciones que no la habían vivido.
