Madrid, 3 de febrero de 2017.- Toda experiencia de formación académica resulta enriquecedora y es un valor añadido a la hora de lanzarse, después, al mercado laboral. Pero, la opción de estudiar en el extranjero, ya sea en la universidad o
un año escolar en Estados Unidos, no hace sino que ser un extra añadido porque, con independencia de la carrera que se tenga en mente, supone toda una experiencia en sí misma. Es una de las mejores maneras de sumergirse, por completo, en otra cultura, aprender un nuevo idioma y de ser independiente. Como las opciones son muchas en
The Lemon Tree Education se encuentra un aliado, gracias a su competente asesoría.
El número de estudiantes españoles que ha decidido lanzarse a la aventura y estudiar en otro país ha crecido en un 46% en los últimos diez años, según Project Atlas, que cuenta con información facilitada por la Unseco, así como del Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie). Siendo así, se ha pasado de contar con 23.395 alumnos en el extranjero en el año 2006 a 34.225 en el 2015. Los destinos preferidos por los españoles son, hasta el momento: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia, Francia, Portugal, Bélgica, República Checa, Países Bajos y Polonia. Según la información que se encuentra en el mismo proyecto, tan sólo en el año 2008 se pudo notar un ligero descenso en el número de alumnos que optaba por continuar ampliando sus conocimientos fuera de las fronteras españolas. Desde entonces, la cifra no ha dejado de crecer año tras año.
Razones profesionales y académicas
Aunque existen diferentes razones para estudiar en la universidad en un país extranjero, uno de los más destacables es que, hoy en día, nos encontramos con un mundo plenamente globalizado. Siendo así, no es de extrañar que se requieran profesionales de diferentes sectores, en diversas partes del mundo, y que, a la hora de buscar empleo, el solicitante ya no se limite sólo a su ciudad, ni siquiera a su país, porque hay muchas y mejores ofertas en otras zonas.
Por supuesto, no hay mejor manera de hacerse con un idioma. Sí que hay métodos de todo tipo en la actualidad para hacerse bilingües: apss, vídeos online, clases a través de la Red, cursos intensivos... pero el tener que usar una nueva lengua (no porque se quiera, sino porque se necesite) es lo que hace que se avance más y mejor en este área, con más fluidez y un mejor acento.
Cuando se opta por un puesto de trabajo (sobre todo si es uno bueno) se puede comprobar que la demanda es bastante amplia. Si lo que se quiere es sobresalir del resto, lo mejor es contar con estudios en el extranjero. El empleador ya es consciente de lo que ello supone. Entre otras cosas, se llegan a adquirir nuevas habilidades porque resultan necesarias. Por ejemplo: se es más flexible, se saben gestionar mejor las emociones y la capacidad de adaptación es mayor.
No hay que olvidar tampoco que, estando en el extranjero, se establecen contactos (que pueden resultar muy interesantes más adelante) cara a cara, que es la mejor manera de hacerlo y de que se conozca a la persona. Se crean amistades de por vida y también relaciones que pueden abrir unas cuantas puertas del sector laboral.
Motivos más personales
Además de las razones más concretas en materia de educación y, por consiguiente, un futuro empleo, también hay otras a nivel más personal. Para empezar, se trata de vivir una aventura (en teoría, sólo cuando se deja atrás la denominada 'zona de confort' se puede ver hasta dónde se es capaz de llegar y superar retos. Siendo así, se estimula a la mente para conseguirlos)
También sirve para llegar a ser, de verdad, autosuficientes. En el momento en el que la vivienda de los progenitores queda cerca, resulta muy tentadora la idea de volver a ella, aunque sólo sea para comer y lavar ropa, de vez en cuando. Pero, si se piensa un poco, es la edad perfecta para formarse como individuo y ser responsable. No hay mejor manera para aprender a conocerse a uno mismo y ver cuáles son las fortalezas, pero también las debilidades, para salir de ello fortalecido.
Por supuesto, abre las puertas a otro mundo. Estudiar en el extranjero es tener a mano una nueva cultura en la que poder sumergirse y conocer de verdad, llegando a entender y respetar más y mejor al otro.
Es algo inherente en el mismo hecho de optar por realizar una carrera en otro país, pero no hay que olvidar la experiencia que supone el hecho de viajar. Normalmente, llegar a determinados destinos, como Estados Unidos, supone un desembolso muy importante y siempre faltan días para verlo todo. En un intercambio, se ahorra dinero y se cuenta con más tiempo para poder conocer todo lo que resulte de interés.
Todos estos motivos son más que suficientes para plantearse, muy enserio, la idea de hacer la maleta y partir a nuevos horizontes donde conocer, conocerse y crecer.
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