Cultura.-Adriana Ozores y Francesc Orella abordan la repercusión moral del asesinato en 'MacbethladyMacbeth', de Alfaro

Actualizado: lunes, 2 junio 2008 12:21

MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -

Adriana Ozores vuelve a los escenarios después de diez años para protagonizar, junto a Francesc Orella, 'MacbethladyMacbeth', la versión del clásico de Shakespeare del director valenciano Carles Alfaro y Esteve Miralles que podrá verse desde mañana y hasta el 10 de julio en las Naves del Español en el Matadero de Madrid.

El director de escena señaló que, a pesar de haber respetado el texto original, ha querido dar "mayor relevancia a la figura de Lady Macbeth" así como "una mayor conexión con el desarrollo final de la tragedia".

Adriana Ozores señaló que "siempre había soñado con interpretar este papel" y que la adaptación de Alfaro le ofreció la posibilidad de desrrollar unos matices que no estaban presentes en el texto original. "Además la muerte de mi personaje no es tan abrupta sino que tiene un desarrollo que cobra más sentido con el resto de la tragedia", aseguró.

CRUZAR EL LÍMITE DE LA CONCIENCIA

Orella, por su parte, afirmó sentir su papel como "un gran reto pero también una gran responsabilidad". "Cuando leí la adaptación, me cautivó la intención de ahondar en la dependencia, esta especie de ying yang que forman Macbeth y Lady Macbeth", sentenció. Para el actor, "otro de los grandes temas que aborda el texto es el de la violencia como medo de sobreponerse a los miedos".

Alfaro explicó que han puesto en circulación un Sargento, "un personaje transversal en el que hemos aglutinado a varios secundarios de la obra original, que nos sirve de guía y que es interpretado por Vicenta D'Dongo". Los actores Víctor Valverde, en el papel de rey Duncan; Andrés Herrera, Carlos Heredia; Jorge Suquet y David de Gea completan el reparto de la obra.

Asimismo, se ha eliminado la soldadesca de la obra y gran parte de la épica, dejando sólo a ocho protagonistas. "Mi idea es ahondar en el laberinto interior de estos dos personajes que son, en el fondo, las dos caras de una misma alma, y en las repercusiones de conciencia que sufren después de haber cometido un asesinato", explicó.

Shakespeare, como el director, huye de personajes estereotipados para construir a dos asesinos, "complejos y contradictorios, que no pueden escapar a la voz de su conciencia". Al final, se acaban intercambiando su perfil psicológico: "Macbeth, que comienza con enormes dudas y remordimientos acaba sin miedos y Lady Macbeth, que al principio no tiene ninguna sombra de duda de que lo que hay que hacer es asesinar al rey, acaba al final colapsada por los sentimientos", argumentó.

MUNDO ACUÁTICO, MUNDO DE TOPOS

En cuanto a la puesta en escena, Alfaro ha apostado por un ambiente oscuro y acuático. "Las obras de Shakespeare se mueven en la oscuridad porque reflejan la conciencia de los personajes y el agua es un espejo de este alma que, con sólo una gota, distorsiona la visión de lo proyectado".

El escenario tenía para el director que respirar al compás de los protagonistas y "reflejar sus cavidades y escondites lóbregos donde inevitablemente llegará la conciencia para iluminar". Alfaro matizó que se trata de "un mundo de topos, una guerra sin cuartel, una búsqueda desesperada en un paraje laberíntico, una caída hacia arriba".