Cultura.- Cultura restaura una escultura de la Virgen de la Leche de la Iglesia Parroquial de Torres Torres

Actualizado: jueves, 6 noviembre 2008 19:52

VALENCIA, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Conselleria de Cultura, a través del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals (Ivacor), ha restaurado en Torres Torres (Valencia) una escultura policromada de Nuestra Señora de la Leche.

La directora del organismo, Carmen Pérez, ha presentado esta mañana la restauración de la Virgen de la Leche junto con el alcalde de Torres Torres, Agustín Melchor, el párroco de la iglesia de Torres Torres, José Miguel Olivares

Tras esta restauración se ha recuperado lo poco que queda de la pintura original y se han reconstruido visualmente las zonas perdidas. Esta obra formará parte de la exposición conmemorativa del Año Jaime I denominada 'Arquitectura. Año cero' y que tendrá lugar en el Museo de Bellas Artes de Castellón.

La devoción a la Madre de Dios ha gozado de especial predilección en toda España, y más particularmente en la Comunitat Valenciana. Desde muy antiguo la Virgen se representó de muy diversas maneras, siendo los temas vinculados a su maternidad los más frecuentes en su iconografía.

Entre estos destaca la representación de la Virgen amamantando al Niño Jesús, como la que ahora se presenta restaurada, que gozó de gran predicamento entre los pintores y escultores medievales.

La imagen serena y sonriente de la Virgen muestra una gran dulzura y actitud maternal. Se encuentra de pie, a diferencia de otras muchas imágenes de este periodo y de idéntica temática que se hallan en actitud sedente.

Tiene el pie izquierdo ligeramente adelantado, lo cual rompe ligeramente su hieratismo, y sobre su regazo sostiene al Niño Jesús con su brazo izquierdo, mientras con la mano derecha sujeta el pecho que le alimenta. Su atuendo es muy sencillo, una túnica de color rojo y un manto azul, colores simbólicos de la realeza y divinidad del personaje. Sobre su cabeza un velo y una corona.

La imagen data del siglo XV y se desconoce su autor, ya que no muestra ninguna marca o sello de fabricación en el soporte, y las fuentes documentales coinciden en el anonimato tanto del autor como del taller que la realizó.

En épocas posteriores sufrió diversas intervenciones que habían alterado su policromía original hasta llegar a la policromía más reciente, que no correspondía al estilo de la talla escultórica y alteraba totalmente su lectura.

La imagen llegó al taller de tallas policromadas del IVACOR muy deteriorada. Aunque fue intervenida en el siglo XX, y a pesar de tener una réplica que se utiliza en las procesiones para no tener que hacer uso de ésta, su estado de conservación se vio perjudicado por factores como la ubicación indebida de la imagen, la exposición a cambios bruscos de humedad y temperatura, las intervenciones anteriores y la manipulación incorrecta.

La estructura y soporte de la Virgen estaban dañados por el ataque de insectos xilófagos y por grietas, de las cuales una atravesaba la talla verticalmente.

Cabe destacar, que como imagen de culto y patrona del municipio de Torres Torres ha sufrido manipulaciones estilísticas, pues se le han colocado elementos que con el tiempo han causado problemas estructurales a su soporte, por lo que su estado actual de conservación está bastante alterado: suciedad ambiental, envejecimiento matérico, intervenciones anteriores, pérdidas tanto en soporte como en policromía, abrasión y levantamiento de la película pictórica y craquelados debidos a la degeneración del propio material, así como oxidación de elementos metálicos, situados en la parte superior de la cabeza.

INTERVENCIÓN

La obra fue intervenida después de contar con todos los estudios científicos. El primer tratamiento fue la desinsectación de manera puntual en las zonas donde había sufrido un ataque leve de xilófagos.

Cuando se verificó el porcentaje de policromía original existente, se eliminaron los repintes y estucos o masillas de intervenciones anteriores por medio de disolventes gelificados. Esto permitió sacar a la luz la policromía original y eliminar al mismo tiempo la suciedad y barniz oxidado por el paso del tiempo.

Paralelamente, se realizó una limpieza mecánica para las carnaciones y aquellos restos de masillas que formaban parte de los añadidos. La policromía se consolidó minuciosamente con cola orgánica, asentando los levantamientos y craquelados de la pintura, así como las zonas que contenían dorados, con el aporte de calor y peso.

Seguidamente, se intervino el soporte de madera por medio de una resina epoxi, rellenando grietas y huecos producidos por clavos e insectos. Por otra parte, se eliminó el óxido de los elementos metálicos como el anclaje de la cabeza gracias a una disolución a baja proporción de amoniaco.

Por último, se estucaron aquellas zonas donde había faltantes y anteriormente eran repintes, utilizando un estuco a base de cola orgánica y carga. La reintegración cromática se realizó mediante puntillismo con acuarela y la protección final por medio de un barniz natural, en una primera fase, y barniz a spray brillante para el acabado.

En las zonas de dorado de la peana y la corona de la Virgen se utilizó el mismo tipo de estuco y su reintegración fue elaborada con oro de concha con la técnica del puntillismo.

El criterio tuvo la finalidad de completar la lectura de la policromía primitiva, devolviéndole su aspecto original desde el punto de vista estético, ya que es una imagen de culto, ya que a pesar de varias intervenciones se ha considerado importante devolverle sus características originales.