Mohamed Al-Daradji retrata el horror del día a día en Irak en 'Ahlaam'

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Actualizado: martes, 18 marzo 2008 16:35


MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

Armado con una vieja cámara de cine y empuñando un AK47, el director iraquí Mohamed Al-Daradji rodó en 2004 en las inseguras calles de Bagdad 'Ahlaam (Sueños)', una película que retrata el horror vivido por la población civil de Irak, desde la llegada del ejército de EEUU con la operación 'Conmoción y pavor' hasta la caída del régimen de Saddam Hussein. Con este filme, que se estrena mañana en cines de Madrid y Barcelona, el realizador no pretende hacer propaganda política, sino un retrato de los sueños, pensamientos y la vida de seres humanos.

'Ahlaam' es "una película muy fuerte", pero, como destacó Al-Daradji hoy en Madrid, "desafortunadamente las películas en Irak son éstas". El director debutante recordó la cantidad de problemas que supuso rodar en las calles de Bagdad esta cinta, primero por la falta de seguridad del equipo, que trajo consigo "noches sin dormir" y la posibilidad de morir o ser secuestrado o torturados tanto por parte del ejército americano como por los insurgentes.

A todo esto se sumó un equipo novel, con actores casi todos ellos debutantes, una cámara de filmación vieja, que a mitad de rodaje se rompió y tardó tres semanas en arreglarse en Siria, la prohibición en Irak de utilizar filme de 35mm, al poder ser considerado "arma química"; o las escasas tres horas de electricidad al día.

En cuanto al guión, sufrió algunas "improvisaciones" sobre todo cuando la protagonista, la actriz Aseel Adel, propuso algunos cambios al rodar ciertas escenas de 'Ahlaam'. Más que nada porque el filme cuenta la historia de esta joven, que sufre el rapto de su novio el día de su boda. También está la historia del soldado Ali (Bashir Al-Majid), que pierde a su primo durante los primeros ataques de EEUU. Y el recién titulado médico Mehdi (Mohamed Hashim).

PACIENTES DE UN PSIQUIÁTRICO

Los tres personajes se encontrarán en el psiquiátrico en el que permanecen internos Ahlamm y Ali y en el que trabaja Mehdi, el mismo centro que con los ataques aéreos queda casi destruido, con la consiguiente huida de los pacientes, vagando por las calles de la capital iraquí, expuestos a todos los peligros.

El director mezcló un 40 por ciento de realidad, que le facilitaba el ambiente del rodaje, con un 60 por ciento de ficción, para contar el desastre que supuso la invasión militar. "EEUU no tenía ni idea de qué hacer en Irak cuando llegó el ejército", recordó Al-Daradji, quien pese a reconocer que la situación actual del Irak de hoy es mejor que hace dos años, los ciudadanos no viven una "situación bonita ni segura".

"Hay mucha inseguridad, pese a lo que intentan pintar los americanos. Es una situación de confusión continua, aunque tenemos la esperanza de un mundo mejor y de que se acabará logrando una estabilidad", explicó el joven director, recordando que sólo en el camino que le conduce del aeropuerto a su casa, por ejemplo, tiene que pasar por 25 controles.

UNA VISIÓN OPTIMISTA

Como detalló, todas las guerras conducen al caos pero su película, pese a la crudeza, es "optimista", porque retrata los "sueños, pensamientos y la vida de un grupo de personas, que esperan un futuro para Bagdad". "Hay que trabajar para que esto sea así", precisó Al-Daradji, convencido de que, no obstante, la comunidad internacional tiene el "seguro" para reconstruir Irak.

Negando la "intención política" de su filme, el director precisó que la película además del tema principal que trata, está llena de "pequeños simbolismos", con alusiones a la amistad, a la resignación de un 'Bagdad caído', a la atención a los niños o elementos simbólicos como el abrigo, perteneciente a la primera armada de la revolución de 1958, que le da en la calle un hombre a Ali para que se cubra.

"Desafortunadamente, me llama a la puerta la realidad de Irak", puntualizó Al-Daradji, que en su próximo proyecto también hablará del pueblo iraquí, al igual que en un documental que ya ha rodado, 'Guerra, Dios, amor y locura', en el que ha trabajado pese a que en Irak no exista industria cinematográfica.

En Irak hay "películas individuales" y es "triste", matizó, que con 28 millones de habitantes sólo existan 18 cines construidos en los años 30, de los cuales sólo funcionan cuatro en los que se proyectan DVDs. "Al Gobierno de Irak no le interesa la cultura del cine", concluyó.