Una mirada fovista a los paisajes de los alrededores de París

Europa Press
Actualizado: lunes, 9 marzo 2009 18:48

MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -

La mirada colorista de Maurice de Vlaminck, uno de los artistas clave del movimiento fovista y, sin embargo, prácticamente un desconocido en España, puede verse a partir del martes y hasta el 7 de junio en el CaixaForum de Madrid, bajo el título 'Maurice de Vlaminck, un instinto fauve. Pinturas de 1900 a 1915'.

La exposición da cuenta, a través de 80 obras procedentes de museos y colecciones de todo el mundo, del particular estilo pictórico de Maurice de Vlaminck (1876-1958), el único de los artistas fovistas que no vivió en el sur de Francia y para los que la luz mediterránea fue fundamental.

La comisaria de la exposición, Maïthe Vallès-Bled, ha explicado, durante la presentación de la exposición, que Vlaminck "realizó una nueva interpretación del color al borde del Sena, en las inmediaciones de París". La muestra incide en el periodo vanguardista de principios del siglo XX hasta el estallido de la I Guerra Mundial.

Aunque no se conocen muchas de sus primeras obras, esta muestra cuenta con dos de sus más antiguos retratos, fechados en 1900, época en la que conoció a André Derain, una de sus mayores influencias y compañero de taller al pie del puente de Chatou. Por aquel entonces entabló amistad con Matisse y Picasso.

La exposición, según la comisaria, muestra la importancia que tenía para el artista francés el paisaje de los alrededores del París, en el valle del Sena, aunque también se muestran naturalezas muertas y retratos. Buena parte de la producción del artista está compuesta por paisajes que recorría en su bicicleta, y en los que "no puede evitar recurrir al color puro más virulento".

Además, se podrán admirar un conjunto de cerámicas que Vlaminck pintó a partir de 1906 y una selección de esculturas africanas y oceánicas que pertenecían a la colección particular del pintor y que influyeron en su obra, como lo demuestra su óleo 'Las bañistas' de 1907.

La renovación estética de Vlaminck estuvo influida por las aportaciones de la generación anterior, desde la paleta colorista de Van Gogh a los tonos planos de Gauguin y la exploración de los volúmenes de Cézanne. A partir de 1904 su producción se intensificó y comenzó a cuestionarse todo conformismo con la herencia postimpresionista.

Desde 1907, el artista francés se dejó influir por Cézanne y su paleta se volvió más moderada, con volúmenes densos y formas sintéticas, "aunque nunca rompió con la composición realista del espacio ni se dejó arrastrar hacia el cubismo a pesar de que hubo un tiempo en que coqueteó con él", señala la comisaria.

Las figuras humanas apenas aparecen en su pintura, especialmente después de la I Guerra Mundial, aunque existen algunas excepciones que aparecen en esta exposición. En 1913 el artista visitó el sur de Francia, instalándose con su familia en casa de Derain. De este viaje surgieron una decena de telas.

Curiosamente, Vlaminck esperaba al atardecer para comenzar a pintar pues "se sentía agredido por la violencia de esa nueva luz", explica la comisaria. En torno a esta exposición, que viajará posteriormente a Barcelona, CaixaForum ha organizado una serie de actividades que incluyen una serie de conferencias entre el 10 de marzo y el 28 de mayo.