László Krasznahorkai recuerda su infancia en Gyula (Hungría) en la entrega del Formentor, un "fantástico" premio

El escritor húngaro László Krasznahorkai, honrado con el Premio Formentor de las Letras 2024,
El escritor húngaro László Krasznahorkai, honrado con el Premio Formentor de las Letras 2024, - BEGOÑA RIVAS // FUNDACIÓN FORMENTOR
Publicado: viernes, 27 septiembre 2024 20:01

   MARRAKECH, 27 Sep. (del enviado especial de EUROPA PRESS, Alfonso Herrero) -

   El escritor húngaro László Krasznahorkai, galardonado con el Premio Formentor de las Letras 2024, ha recordado este viernes en su discurso de agradecimiento su infancia en su ciudad natal en Hungría, Gyula, durante la entrega este viernes del Premio Formentor de las Letras en Marrakech (Marruecos), en una ceremonia que ha tenido lugar en el Hotel Barceló Palmeraie de la ciudad.

   En su discurso de agradecimiento, el autor ha expresado su agradecimiento a todos y cada uno de los miembros del jurado convocado por la Fundación Formentor y al presidente del jurado, Basilio Baltasar. "Por el comunicado oficial he sabido que el jurado tomó la decisión en Tánger", ha comentado.

   Por ello, el galardonado ha trasladado sus respetos a la ciudad de Tánger, "a todos los edificios, calles y callejuelas, al suelo de Tánger, a sus rocas, al caos y al océano, a cada una de sus partículas de polvo, a los mercados de Tánger, a su puerto, a los personajes con cara de mal agüero que merodean en torno a la estación, a las mujeres y a los hombres de Tánger, a cada una de las notas de sus dilatados cánticos, pero también al llanto suave y gimoteante que se filtra por una ventana entreabierta".

   Así, ha dado las gracias a Tánger "por el hecho de que ese lugar maravilloso lograra, con su tan misteriosa irradiación, convencer a los sobrios literatos allí reunidos de que dejarán de lado su sobriedad" y le concedieran este "fantástico" premio.

   En este punto, ha dado las gracias también a su ciudad natal en Hungría, a Gyula, al señor Kerekes, el zapatero y campanero de la iglesia ortodoxa rumana de Gyula: "A veces nos permitía tocar la campana en la torre y ya no está entre los vivos, pues le llegó el momento justo de la muerte".

   Igualmente, Krasznahorkai ha trasladado su agradecimiento a su amigo Jóska Pálnik, quien en el segundo escalón del tobogán gigante en la piscina de la ciudad le dijo en 1960 cómo se hacían los niños. "Yo quise morir bajo el peso de ese terrible descubrimiento", ha bromeado.

   El escritor ha recordado asimismo a Franz Kafka, cuya novela 'El castillo' leyó a los doce años para que le aceptara el círculo de amigos de su hermano seis años mayor que él, con lo cual, según cree, quedó sellado su destino.

   "Y gracias a las primeras treinta y una muchachitas de las que me enamoré perdidamente, en particular a Márti Klinkovics, a Erno Szabó y a Imre Simonyi, poetas desconocidos de Gyula, a los que admiraba y que soportaron de un modo digno y viril esa mi admiración, a Péter Hajnóczy, el narrador húngaro más estremecedor, que sucumbió en la lucha frente a sus visiones aterradoras y por eso ya no está entre los vivos", ha agregado.

    El autor húngaro ha hecho además referencia al arte de la Grecia clásica; al Renacimiento italiano; a Attila József, el poeta húngaro que le mostró "la fuerza mágica de las palabras"; a Fiódor Mijáilovich Dostoievski; a su hermano, porque a menudo le llevaba sobre los hombros a casa, por lo que le está "infinitamente agradecido", ya que, de este modo, le enseñó que el mundo "puede tener otro punto de vista, no solo el que está dado".

   Ha proseguido sus agradecimientos recordando a Hans-Jürgen Balmes, su editor alemán y amigo; a su editor español, Jaume Vallcorba; a Sandra Ollo, "que cuida el legado de manera impecable y magnífica"; a Jordi Guinart de la editorial Acantilado, en Barcelona; a su querida amiga Mercedes Monmany; a William Faulkner; a la ciudad de Kioto; a Thomas Pynchon su amigo a quien debe "profunda gratitud" porque consiguió que le gustara la pizza; a Johann Sebastian Bach, el divino; a las voces de Agnes Baltsa, Natalie Dessay, Jennifer Larmore, Montserrat Caballé, Teresa Berganza y Emma Kirkby; a Allen Ginsberg, el amigo, "que no está ya entre los vivos, pues le llegó el momento de la muerte"; a los escribas de la China imperial; y a sus traductores, en particular a Adan Kovacsics, "con gran respeto, gratitud y afecto".

    Por último, ha dado las gracias "a Max Sebald, extraordinario escritor y amigo, que ya no está entre los vivos, porque se quedó demasiado tiempo contemplando una única brizna de hierba en el prado, al último lobo en Extremadura, a la naturaleza creada, al príncipe Siddharta, a la lengua húngara y a Dios".

LOS PERSONAJES Y EL ESTILO DE LÁSZLÓ KRASZNAHORKAI

   Como destacó el jurado de los galardones, en la trama de unas ficciones sorprendentes, los personajes de László Krasznahorkai se distinguen por su lánguida, recóndita y ensortijada personalidad. En su itinerario narrativo, conciencia y peripecia, ironía y tristeza, la locura y lo sagrado, fluyen al compás de una meditada cavilación. Los personajes son siempre densos, imprevisibles y al borde de una delirante redención.

   Las estructuras narrativas de László Krasznahorkai y su estilo detallista, lento y dilatado, manifiestan la energía creativa de una literatura ajena por completo a la influencia industrial del divertimento. A lo largo de las décadas, su obra ha reunido a una comunidad internacional de lectores comprometidos con la tradición artística de la novela europea.

   "Las obras de László Krasznahorkai nos devuelven la virtuosa flema de la lectura y la contemplación de lo extraño, solemne, letárgico, oscuro y voluptuoso que palpita en el corazón del hombre. Nuestro autor renueva así la autoridad estética de la gran literatura. Por todo ello, por dar a conocer a los lectores el legado de la lengua magiar, por restaurar las dimensiones desapercibidas de la imaginación y por el virtuosismo de su elegante escritura, el jurado concede el Premio Formentor de las Letras 2024 al escritor húngaro László Krasznahorkai", recalcó el jurado.

ANTESALA DE LAS CONVERSACIONES LITERARIAS

   La entrega del Premio Formentor de las Letras precede a las Conversaciones Literarias de Formentor, que afrontan su XVII edición y que se celebran en Marrakech con el lema 'Genios, nómadas y beduinos'. Este encuentro, desde 2008, reúne a escritores, editores, críticos y público.

   La Fundación Formentor ha sido creada para organizar el Premio Formentor de las Letras y las Conversaciones Literarias que se celebran cada año en Formentor. De este modo, la entidad --auspiciada con el mecenazgo de la familia Barceló-- da continuidad a los encuentros culturales iniciados en 1930 y al premio literario convocado por los editores europeos desde 1961.

   Recuperado en 2011, el Premio ha reconocido a autores como Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, Javier Marías, Enrique Vila-Matas, Ricardo Piglia, Roberto Calasso, Alberto Manguel, Mircea Cartarescu, Annie Ernaux (Nobel de Literatura en 2022), Cees Nooteboom, César Aira, Liudmila Ulítskaya y Pascal Quignard. Desde 2021, el galardón recuperó su itinerancia y título, Prix Formentor.

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