Actualizado: lunes, 23 julio 2012 17:16

Atlanta 1996, los Juegos del Centenario


MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -

A los Juegos del Centenario del moderno olimpismo optaron como ciudades candidatas Atenas, Atlanta, Belgrado, Manchester y Toronto, y la primera, con su eslogan de los Juegos de Oro, partía como favorita para el sector culturalista del olimpismo, que evaluaba en su justa medida los poderosos condicionantes de tradición, arte y cultura.

Pero en la votación final celebrada el 18 de septiembre de 1990 en Tokio, la capital americana del estado de Georgia, Atlanta, se alzó con el triunfo, otorgándose por cuarta vez al patronazgo estadounidense la organización de unos Juegos de verano (San Luis 1904 y Los Ángeles 1932 y 1988).

Por primera vez estuvieron presentes todos los Comités Olímpicos Nacionales (197). La participación superó la barrera de los 10.000 deportistas (10.320). En el apartado negativo destacó el estallido de un artefacto en un parque junto a la villa olímpica, que se saldó con dos muertos y once heridos.

En el aspecto deportivo, el estadounidense Carl Lewis culminó su extraordinaria carrera deportiva con su cuarto título olímpico en salto de longitud, y su compatriota Michael Johnson logró el doblete en los 200 y 400 metros.

España volvió a protagonizar una notable actuación gracias, en buena parte, al programa ADO que realizó un meticuloso plan de preparación deportiva. Destacaron las medallas de oro del equipo femenino de gimnasia artística (competición por equipos), del equipo masculino de waterpolo, la de Miguel Indurain (contrarreloj individual) y las de Fernando León y José Luis Ballester en la clase Tornado de vela.

SYDNEY 2000: LA PISCINA, GRAN PROTAGONISTA.

Los de Sydney 2000 fueron los últimos Juegos de Juan Antonio Samaranch, que durante la celebración de los mismos además perdió a su mujer, como presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y pasaron, como él mismo dijo, como "los mejores de la historia".

Los del 2000 tuvieron en las aguas del Acuatic Center de Sydney a sus grandes protagonistas, recogiéndose hasta 14 plusmarcas. El pulso entre el héroe local Ian Thorpe y el holandés Pieter van den Hoogenband marcaron las pruebas de natación. El 'Torpedo' sufrió una dolorosa derrota en los 200 metros libres a manos de 'VDH', que de paso le arrebató el récord mundial.

Ambos fueron dos de las grandes estrellas de la disciplina acuática, pues el australiano sumaría tres oros (dos por relevos y los 400 metros libres) y una plata. El 'oranje' firmó un 'doblete' en los 100 y 200 metros libres, con sendas plusmarcas incluidas, siendo además el primer hombre en nadar el hectómetro por debajo de los 48 segundos.

Otros de los nombres propios de Sydney fueron el mítico británico Steven Redgrave, primer remero en subir a lo más alto del podio en cinco Juegos consecutivos, así como el ruso Alexei Nemov, que sumó seis medallas en gimnasia -dos oros, una plata y tres bronces- y la americana Marion Jones, reina de las pistas con cinco metales, arrebatados ocho años después por la lacra del dopaje.

La actuación española tocó su fondo de los últimos tiempos al apenas poder sumar 11 medallas -cinco oros, tres platas y cinco bronces-. Esta pobre actuación llevó a España a ocupar el vigésimo quinto lugar en el medallero.

Joan Llaneras en ciclismo, Gervasio Deferr en gimnasia e Isabel Fernández en judo fueron quienes hicieron sonar el himno español en las antípodas. Además, dos mitos del deporte español, Manel Estiarte -waterpolo- e Inaki Urdangarín -balonmano- dijeron adiós a la alta competición, el último al menos con un bronce.

ATENAS, EL RETORNO A OLIMPIA Y A LOS ÉXITOS NACIONALES.

Doce años después de Barcelona, los Juegos Olímpicos retornaron al Viejo Continente y lo hicieron a su 'casa', a Atenas, encargada de albergar por segunda ocasión y tras más de un siglo de la primera vez, la mayor cita deportiva mundial, donde España volvió a brillar.

Con el belga Jacques Rogge ya como sucesor de Juan Antonio Samaranch y con el temor de un atentado terrorista después de los trágicos 11-S y 11-M, la capital griega se blindó y se entregó al evento, aunque los organizadores no pudieron librarse del disgusto que les dieron dos de sus principales bazas en los días previos a la inauguración en el Estadio Olímpico, diseñado por el español Santiago Calatrava.

Los velocistas y medallistas olímpicos en Sydney Costas Kenteris y Katerina Thanou sufrieron un extraño accidente en motocicleta después de haber evitado un control antidopaje, un día antes del inicio de los Juegos, a los que tuvieron que renunciar para no empañar la imagen de la anfitriona.

Por su parte, la delegación española logró recuperar su imagen tras la discreta del año 2000 y conquistó un total de 19 medallas, el segundo mejor resultado de la historia, pero con pocos oros (3, como en Sydney 2000) y quedándose en 11 ocasiones muy cerca de la gloria.

Los grandes protagonistas de la cita fueron el gimnasta Gervasio Deferr, que reeditó su oro en salto, el piragüista David Cal, campeón olímpico en C-1 1.000 y subcampeón en C-1 500, y el dúo Iker Martínez-Xabi Fernández, los mejores en la clase 49er de vela, mientras que una de las mayores decepciones vino con el baloncesto masculino, que no pudo optar a las medallas al cruzarse en su camino en los cuartos el 'Dream Team'.

Otros nombres propios fueron el estadounidense Michael Phelps, que no pudo emular el récord de Mark Spitz en Munich'72 (siete oros) al lograr seis oros y dos bronces, el marroquí El Gerrouj, doble oro en 1.500 y 5.000, o los británicos Kelly Holmes, reina del mediofondo, y el remero Mathew Pinsent, que renovó los oros de Barcelona, Atlanta y Sydney. Por el contrario, Marion Jones pasó de quíntuple campeona olímpica a marcharse de vacío.

PEKÍN, EL NIDO DESDE EL QUE VOLÓ BOLT

El atleta chino Li Ning, con su vuelo en el interior del 'Nido', dio inicio a los Juegos de Pekín, símbolo de modernidad y vanguardia. Las instalaciones y la multitud de logros atléticos --difícilmente superables-- quedarán en la retina de los que vieron cómo el deporte se convertía en arte. Unos Juegos donde Michael Phelps y Usain Bolt compusieron obras eternas.

El de Baltimore se erigió como el mejor. El mejor de siempre. Después de su fallido intento en Atenas 2004, esta vez sí rebasó la marca de Mark Spitz en Munich'72 (siete oros). De su cuello colgaron 8 metales de oro y de su espalda siete récords del mundo en el regreso a casa. A sus 23 años, sumaba 14 medallas de oro y dos de bronce.

Otra figura estelar fue Usain Bolt. El jamaicano pulverizó todos los récords de la velocidad sobre el tartán pekinés. Tres medallas de oro (100, 200 y 4x100) con tres récords mundiales. El 'extraterrestre' se hizo leyenda en medio de los bailes típicos que realizaba al final de cada prueba.

En el ámbito español, los Juegos de 2008 serán recordados por la dulce derrota de la selección española de baloncesto. Nunca una derrota llenó tanto. La final olímpica fue posiblemente uno de los mejores encuentros de 'basket' que se hayan visto. Enfrente, la todopoderosa USA con Kobe Bryant y compañía. Fue la cumbre de una generación gloriosa.

Fotos para la posteridad también fueron la caída, una vez superado el listón, de atleta rusa Yelena Isinbayeva celebrando el oro y su nuevo récord del mundo; las palabras cruzadas de Messi y Ronaldinho, pasado y presente del Barcelona --el albiceleste fue campeón--; o la espeluznante lesión del lanzador de peso búlgaro Janos Baranyai.

España terminó con 18 preseas (5 oros, 10 platas y 3 bronces), cuatro menos que en Barcelona 92, la mejor marca. A ello contribuyeron Nadal, el ciclista Joan Llaneras con un oro y una plata, Mengual y Fuentes en natación sincronizada, los piraguistas Saúl Craviotto y Carlos Pérez, David Cal, el equipo de hockey hierba, el de balonmano y una larga lista de atletas que hicieron vibrar al aficionado español.

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