JJ.OO/Londres.- Historia de los Juegos (III): De Berlín 1936 a Roma 1960

Actualizado: lunes, 23 julio 2012 17:14

Berlín 1936, ambiente prebélico y los cuatro oros de Owens


MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -

En una Alemania en plena euforia nacionalsocialista, con Adolf Hitler en el poder, los Juegos de 1936 pretendían ser el mejor espectáculo deportivo de todos los tiempos, a pesar del primer intento de boicot protagonizado por Estados Unidos.

Después de varios incidentes, el 1 de agosto de 1936 se celebró la ceremonia inaugural, fastuosa y espectacular, en un escenario propicio para la propaganda nazi. Por primera vez el fuego olímpico es traído desde Olimpia por carreras de relevos en las que participan 3.075 atletas.

Pese a la firme postura de los miembros del COI, no pudo evitarse la instrumentación política de los Juegos. La gran figura de Berlín sería el atleta de raza negra Jesse Owens, medalla de oro y récord mundial en las pruebas de 100 y 200 metros, 4x100 relevos y salto de longitud.

España no participó en estos Juegos, pues doce días antes de inaugurarse estalló la Guerra Civil. Los deportistas españoles estaban preparados para acudir a la cita olímpica, e incluso el equipo de hípica se encontraba en la ciudad alemana, pero se vio obligado a regresar.

LONDRES 1948: ALEMANIA Y JAPÓN, EXCLUIDOS.

Doce años después de la última celebración de unos Juegos, con la Segunda Guerra Mundial de por medio, la Olimpiada volvió a nacer en la ciudad que había simbolizado la oposición al nazismo alemán: Londres.

Bajo un calor sofocante, casi cuarenta grados, el inglés John Francis pasó con la antorcha por delante de los abanderados de todos los países participantes (incluido España). La llama olímpica llegó a Londres desde Grecia sin pasar por Alemania, que no fue invitada, al igual que Japón.

Israel, país recién nacido, participó por primera vez, pero no se le permitió que en la bandera apareciera la estrella de David porque aún no poseían comité olímpico.

El estadounidense Robert Mathias se convirtió en el héroe de estos Juegos: ganó el decatlón, la prueba más dura, y estableció un nuevo récord mundial con tan sólo diecisiete años. Con su espectacular triunfo, el californiano levantó la admiración, sobre todo femenina, de los aficionados ingleses.

Asimismo, la atleta holandesa Francine Blankers-Koen, conocida como 'la holandesa voladora', igualó el récord de Jesse Owens consiguiendo cuatro medallas de oro (100 y 200 metros lisos, 80 metros vallas y el relevo 4 x 100 metros).

La expedición española que viajó a Londres posó ilusionada ante las cámaras en el aeropuerto de Barajas antes de partir a Inglaterra. La actuación española, sin embargo, no fue la esperada. Lo único destacado fue la medalla de plata en hípica, en concurso de saltos por equipos, de Jaime García Cruz, Marcelino Gavilán Ponce de León y José Navarro Morenés, conde de la Casa de Loja.

HELSINKI 1952: EL CHECO ZATOPEK, LA ESTRELLA.

Doce años tuvo que esperar la ciudad finlandesa de Helsinki para organizar los Juegos después de que, en 1940, la guerra 'soviético-finlandesa' le impidiera ser designada como sede. Los Juegos Olímpicos de 1952, los decimoterceros de la era moderna, pasaron a la historia como los de la consolidación del movimiento olímpico, donde reinó la cordialidad, la amistad y la deportividad.

El mundo vivía inmerso en la 'guerra fría' y el ambiente estaba enrarecido, pero el espíritu deportivo fue más fuerte que la rivalidad política. Desde el 19 de julio al 3 de agosto, la rivalidad y los rencores entre los países se olvidaron, participando en la competición Japón, la Unión Soviética y una representación de Alemania.

El atleta checo Emil Zatopek fue la gran estrella de esta edición, al realizar una hazaña única e irrepetible en la historia de los Juegos Olímpicos: se alzó con tres medallas de oro en las pruebas de 5.000 y 10.000 metros, y el maratón, en el que batió el récord del mundo, en su primera participación.

En fútbol, la final entre Hungría y Yugoslavia, en la que se impuso el conjunto húngaro, ya dejaba ver la calidad de ambos conjuntos, que tenían en sus filas a Puskas, quien se convertiría poco después en jugador del Real Madrid, y a Boskov, respectivamente.

La representación española en estos Juegos destacó por pasar desapercibida en el medallero, con la excepción del tirador Ángel León Gozalo en la modalidad de pistola libre, que fue plata.

MELBOURNE 1956: BOICOT A RUSIA.

El COI concedió los Juegos de la XVI Olimpiada a Melbourne, en un apretado concurso con Buenos Aires, que perdió por un solo voto. Los rectores del máximo organismo se sintieron atraídos por la idea de extender la sede olímpica a un continente que aún no había organizado Juegos.

Pero la llegada de problemas no se hizo esperar, y a la larga distancia se añadió la oposición del Gobierno australiano a permitir la entrada a caballos exentos de cumplir cuarentena. Tras arduas discusiones, las pruebas de equitación se celebraron en Estocolmo.

Los Juegos debían iniciarse en Melbourne el 22 de noviembre de 1956, pero el 23 de octubre estalla en Budapest una revolución antiestalinista y liberadora de la tutela impuesta por Rusia. La respuesta soviética no se hizo esperar y el 4 de noviembre sus tanques atravesaban la frontera y aplastaban los aires de libertad.

El drama húngaro en la antesala de los Juegos provocó reacciones internacionales que exigen del COI la expulsión de Rusia, pero su presidente se niega y varios países deciden no enviar atletas a los Juegos, como Suiza, Holanda y España.

Las decisiones oficiales privarán a los atletas españoles de estar presentes en Melbourne, cuando uno de ellos, el gimnasta Joaquín Blume, que había destacado en Helsinki, se perfilaba como favorito para los primeros puestos de su especialidad. Su trágica muerte ocurrida poco después no le permitió lograr una ansiada medalla olímpica.

El ruso Wladimir Kuts sorprendió con su doble victoria en 5.000 y 10.000 metros lisos, y un americano, Alfred Oerter, inicia con su triunfo en lanzamiento de disco una prodigiosa serie de victorias olímpicas.

ROMA 1960: DESPERTAR DE ATLETAS AFRICANOS.

Roma se vistió de gala del 25 de agosto al 11 de septiembre para acoger la XVII edición de los Juegos Olímpicos, de los que destacaron las impresionantes instalaciones que acogieron las diversas modalidades deportivas, mezclando la antigüedad clásica con la modernidad de la década de los sesenta.

Esta edición pasará a la historia por el gran nivel de las marcas conseguidas, la aparición de figuras importantes en el mundo del atletismo y el despertar de los atletas africanos. Estos Juegos fueron los primeros televisados en directo por las cadenas asociadas a Eurovisión.

España consiguió una medalla en Roma, en hockey sobre hierba. Los jugadores de Ernst Wilig y Luis Francine obtuvieron el bronce en un emocionante encuentro ante Inglaterra en el que vencieron por 2-1. En la final, Pakistán consiguió por primera vez en su historia la medalla de oro, al derrotar en la final a India.

Por otra parte, el etíope Abebe Bikila protagonizó una auténtica hazaña en Roma al conseguir la primera medalla de oro para África. Sorprendió a medio mundo al participar y vencer en el maratón corriendo descalzo.

Destacó también la norteamericana Wilma Rudolph, quien había estado en una silla de ruedas cuando tenía cuatro años por una grave enfermedad. Su fuerza de voluntad la llevó a recuperarse y convertirse en Roma en la 'gacela negra', al lograr un importante triunfo en los 100 y 200 metros, y formando parte del equipo ganador de los 4x100.

La Reina doña Sofía participó con el equipo griego en el desfile inaugural de Roma. Doña Sofía estuvo presente durante las competiciones y disfrutó del triunfo de su hermano Constantino en la prueba de vela.