DESCONECTA, 15 Abr.
Se podría elaborar una teoría que dijera que la inteligencia y la astucia de los perros se desarrolla exponencialmente cuando sus dueños no están en casa o cuando piensan que nadie les ve.
Lucy es el nombre de esta beagle y podemos decir de ella que es una perrita muy astuta, demasiado. Es posible que haya pasado largas horas sola para haber desarrollado esa habilidad o que haya nacido con ello, pero lo cierto es que parece que lo lleva haciendo toda la vida.
El escenario es la cocina de una casa, el objetivo son unos nugguets de pollo que se están haciendo en un horno de sobremesa y la protagonista es Lucy.
Para llegar hasta los nugguets, Lucy experimenta varios intentos fallidos. Primero, aprovecha una silla abierta para subirse a la mesa pero ésta está muy lejos del objetivo. Después se pone a dos patas a ver si estirándose lo consigue, pero nada. Finalmente, Lucy piensa un poco y empuja una silla al borde de la encimera, se sube, sube a la encimera, abre el horno sin quemarse y se come los nugguets. ¡Bien por Lucy!
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