EDIZIONES, 28 Abr.
Pero, es uno de los numerosos perros de pastoreo que Alan James, agricultor en la localidad rural de Penrhyncoch, Gales, tiene y, probablemente, el más fiel de todos, tras demostrar (con creces) que su hogar estaba en la granja de Gales con Alan y su familia.
A principios de mes, Alan y su familia decidieron que Pero, un precioso perro pastor blanco y negro de cuatro años, sería el candidato perfecto para cuidar y guiar a las ovejas de un agricultor de Cockermouth, Cumbria.
El 20 de abril, doce días después de aquello, mientras Alan salía de casa para comprobar cómo estaban sus animales, se encontró con que Pero le estaba esperando en la puerta. La emoción y la alegría del animar al ver a su dueño terminaron por dejar en completo shock al hombre. Y es que imaginarse cómo ha podido llegar hasta allí, con un poco menos de peso, pero en perfectas condiciones es casi un milagro difícil de explicar.
Al parecer el apego que Pero sentía por su familia de Penrhyncoch le hizo escaparse de la granja de los que serían sus nuevos propietarios y recorrer 380 km en 12 días en un viaje de vuelta a lo que él consideraba su verdadero hogar.
Su regreso no deja de ser un misterio y, aunque descabellado, no es imposible que un perro sepa encontrar el camino de vuelta a su casa aún con varios kilómetros de distancia. Según declaraciones de Stan Rawlinson, un entrenador de perros, recogidas por The Telegraph, "algunos perros, especialmente los perros de labranza, tienen una memoria espacial increíble y algún tipo de mecanismo de rastreo que les permite encontrar la vuelta a la casa donde ellos viven".
Pero no volverá a pasar por aventuras como éstas, al menos no porque se sienta alejado de su familia, pues los James han decidido que su perro pasará su vida en la granja, disfrutando de su compañía y la de los otros animales.
