DESCONECTA, 29 Ene.
Una inesperada y enorme ola casi termina arrastrando a un grupo de curiosos y desprevenidos bañistas en la bahía de Coos Bay, al sur de Oregón, al emerger con rapidez del mar y avanzar sin freno por la arena, atravesando un rompeolas de rocas con el que se creían a salvo.
Sucedió en una playa bañada por las aguas del Océano Pacífico, en la Costa noroeste de Estados Unidos. La predicción meteorológica para estos días era de riesgo de olas furtivas en esta zona, pero ninguno de los presentes parecía haberse enterado.
Steve Raplee, propietario de una cafetería, se encontraba grabando el oleaje y la marea de Coos Bay, mientras otras familias con niños y perros se entretenían a su alrededor con el paisaje. Aparentemente seguros y resguardados por una pared de grandes rocas, ninguno se esperaba que de la nada emergiese una enorme ola que atravesó la roca y les obligó a ponerse en alerta y huir de la zona.
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Por fortuna, todos lograron ponerse a salvo subiéndose a un terreno más alto y Steve terminó grabando la escalofriante escena de lo finalmente se quedó en un susto.
La situación podía haber acabado en catástrofe, pues la fuerza con la que arremetió la ola de aguas gélidas en la costa no sólo hubiese arrastrado todo lo que estuviera por delante, sino que las personas podían haberse quedado atrapadas por el frío y las bajas temperaturas.
