DESCONECTA, 25 Sept.
Cuando Liisa Luts, de 29 años, y su ahora marido decidieron poner fecha para la celebración de su boda el 28 de agosto una cosa tenían clara: no querían pasar por el estrés que este día tan especial suele generar en la pareja que se casa, por lo que optaron por una celebración más modesta y menos planificada.
"Todo en nuestro día fue muy relajado y cómodo. Tampoco sentimos la necesidad de tener a un fotógrafo de bodas profesional ese día. Tan sólo queríamos celebrarlo tranquilamente", contó Liisa a varios medios.
Liisa, que junto a su esposo dirigen una pequeña empresa especializada en vídeo, fotografía y animación en Talinn (Estonia), decidió prescindir precisamente de un fotógrafo de bodas pero no por cuestiones monetarias o de contactos.
En lugar de tener un recuerdo de su boda en tercera persona, Luts escogió una Fujifilm X.T10 para documentar sus momentos más personales desde su punto de vista, obteniendo como resultado un álbum de bodas completamente genuino y tan propio que la idea ya ha despertado alabanzas entre los que ya lo han visto publicado en su página web.
"Es agradable escuchar a la gente decir que es una idea simple y auténtica, que es encantadora y creativa", dijo Liisa, que también tuvo palabras de comprensión para los comentarios más tradicionales que manifestaron la idea de que en las bodas debería haber un fotógrafo profesional que se encargue de esa labor y no la propia novia.
"No me supuso un problema y tampoco distrajo la atención del día. Iba tomando fotos de vez en cuando, sobre la marcha".
No hay más que ver los resultados y captar ese aire de naturalidad y autenticidad que desprenden las fotografías para entender el éxito que está teniendo entre el público en general y las futuras novias en particular.
