EDIZIONES, 20 Abr.
Un recogepelotas fue el protagonista inesperado de la primera jornada del Torneo del Conde de Godó que se está disputando desde el lunes de esta semana. El motivo: darse un tortazo contra la pared de lona que separa la pista de las gradas de los espectadores. El chico fue a hacer su trabajo, recoger una bola para que no quedara en medio de la pista y poder dársela después a uno de los jugadores con rapidez para no parar el juego.
La mala suerte se alió en contra del chaval, ya que cuando estaba regresando a su posición, tropezó y se chocó con la cara contra la lona. El golpe fue tremendo. Tal fue así, que Nicolás Almagro, uno de los dos jugadores que disputaban el partido, se dio la vuelta al oír el golpe para ver lo que había ocurrido. La reacción de una de las chicas que están en la parte izquierda de la imagen, en la grada, también puede servir como baremo para valorar la magnitud del accidente.
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Afortunadamente no pasó a mayores y el chico pudo hasta reírse de ello. El trabajo de recogepelotas tiene estos riesgos, e incluso más. Están expuestos a posibles pelotazos, caídas, etc. Aunque también tienen sus momentos de gloria, como este en el Open de Australia de 2012.
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