Economía/Fiscal.- Las empresas españolas dedican el 59,1% de sus beneficios al pago de impuestos, según un estudio

Actualizado: martes, 7 noviembre 2006 13:08

Los países industrializados se decantan por sistemas fiscales basados en impuestos indirectos


MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

Las empresas españolas dedican el 59,1% de sus beneficios al pago de impuestos, lo que las sitúa en el sexto lugar entre los países industrializados, por detrás de las compañías de Italia, Bélgica, Francia, Grecia y Hungría, según un estudio elaborado al respecto entre el Banco Mundial y PriceWatherhouseCoopers.

Además, las compañías españolas soportan uno de los sistemas fiscales más complejos de los países industrializados, ya que dedican seis veces más tiempo a cumplir con los tributos que las compañías alemanas, cinco veces más que las francesas o el doble que las estadounidenses.

El único apartado en el que España no se sitúa en un puesto tan desfavorable respecto al resto de países es en el promedio de pagos de tributos anual, ya que ocupa un puesto intermedio, pese a que las empresas españolas tienen que realizar de media 20 pagos anuales.

Esta complejidad fiscal sigue una dirección contraria a la tendencia generalizada, ya que la mayoría de los países desarrollados tienden a simplificar sus sistemas tributarios, dados los efectos disuasorios que para la inversión tiene una fiscalidad compleja, según el informe.

GRAN CARGA TRIBUTARIA.

La tributación de una cantidad proporcional al 59,1% de los beneficios en el caso de las empresas españolas se debe al alto peso impositivo de las cotizaciones sociales, que suponen un 34,9%, y en menor medida a la tributación de los beneficios empresariales (23,6%) y a otros impuestos (0,7%).

En el caso de los países con mayor carga tributaria respecto a los beneficios empresariales, Italia alcanzaría el 76%, Bélgica el 70,1% y Francia el 68,2%. Estas cifras se sitúan lejos de aquellos países en los que las empresas tributan en proporciones inferiores como en Suiza (24,9%), Irlanda (25,8%) o Dinamarca (31,5%).

Por otra parte, cada empresa española dedica de media hasta 602 horas anuales a los trámites tributarios, mientras que en EE.UU. estas gestiones no ocupan más de 325 horas, en Francia 128 horas y en Alemania hasta 105 horas.

Además, aunque en el apartado de tributación de rentas empresariales las diferencias no son tan acusadas, mientras en España las empresas emplean 288 horas anuales a la tributación del empleo, en EE.UU. esta cifra se reduce a 100 horas, en Francia a 80 horas y en Alemania a 35 horas.

En el apartado de tributación al consumo el caso es similar, con 288 horas en el caso de España, 25 horas en el de EE.UU., 24 horas en el de Francia y 40 horas en el de Alemania.

Por otra parte, las empresas españolas tributan unas 20 veces al año, frente a vecinos europeos como Suecia (5 veces), Reino Unido (7 veces) o Irlanda (8 veces). En este punto, las compañías de Francia y Alemania sufren una mayor complejidad fiscal, al tener que realizar de media 33 y 32 pagos anuales, respectivamente.

IMPUESTOS INDIRECTOS.

Por otra parte, el informe hace referencia a un creciente peso de los impuestos indirectos (IVA, impuestos indirectos, tasas) en los sistemas fiscales mundiales en detrimento de la imposición directa (IRPF, Impuesto sobre Sociedades).

Así, los impuestos que gravan el consumo supusieron el 30% de los ingresos fiscales recaudados en los países de la OCDE en 2004. Según el informe, "esta tendencia se explica por la complejidad fiscal que existe entre los países para atraer la inversión empresarial y potenciar la creación de empleo y el crecimiento económico sin reducir sus ingresos tributarios y poner en peligro la estabilidad presupuestaria".

Si bien, este sistema fiscal está en auge a nivel mundial, ha sido criticado por su carácter regresivo y por sus efectos "perniciosos" sobre la inflación.

En este sentido, el trabajo propone un sistema más "sencillo, eficiente, neutral y proporcional", con una legislación "clara" y "unificada", que favorezca el diálogo fluido entre las autoridades y las compañías. Este modelo fiscal, concluye el informe, debería compatibilizar la consolidación de los ingresos tributarios y el crecimiento económico.