José Carlos Díez: "Vamos a incumplir el déficit, a partir del año que viene habrá que hacer ajustes de nuevo"

José Carlos Díez:
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Actualizado: viernes, 19 junio 2015 16:58

   "No se puede tener a un país en tensión 24 horas por la decisión de su presidente con respecto a su gobierno y su partido"

   "Espero que Rajoy pida perdón a los españoles [si Guindos no consigue la presidencia del Eurogrupo]"

   MADRID, 19 Jun. (EDIZIONES) -

   En un momento en que los debates económicos se han abierto un hueco en las tertulias de los medios de comunicación, José Carlos Díez es una de las caras más conocidas del país. Tras el éxito de su primer libro, 'Hay vida después de la crisis' (Plaza & Janés, 2013), este economista, que fue colaborador del BCE en su panel de expertos de previsiones económicas y economista jefe de Intermoney, ha expresado su visión de la crisis en numerosas ocasiones.

   En su segundo libro, 'La economía no da la felicidad' (Plaza & Janés, 2015), Díez camina por la historia del pensamiento económico antes de defender el papel de la economía en la búsqueda de la felicidad. "Los economistas debemos proteger a los ciudadanos de la infelicidad que generan las crisis", afirma en esta entrevista.

   - La economía no da la felicidad, pero ¿qué puede aportar a los ciudadanos para perseguirla?

   Lo que vemos cuando las cosas van bien, la tasa de paro está baja y la economía crea empleo es que las tasas de felicidad no mejoran, e incluso en algunos sitios han empeorado. Hay poca relación entre felicidad y mejora de la economía. Pero es cierto que cuando las cosas van muy mal, estas tasas se desploman.

   La conclusión del libro es que la economía y los economistas debemos proteger a los ciudadanos de la infelicidad que generan las crisis. No sabemos acabar con las crisis, son milenarias. Algunos sistemas que han intentado eliminarlas han generado más infelicidad que la que intentaban resolver. El libro llega a la conclusión de que hay que volver a poner al hombre en el centro de las decisiones y que la clave para protegernos de la infelicidad durante las crisis es tener buenos hábitos y buenas decisiones económicas durante las fases expansivas.

   - Entonces, en España se tomaron decisiones fallidas en la fase expansiva...

   Es evidente, pero en España la autoflagelación es el deporte nacional. El sobreendeudamiento asociado a la burbuja fue un problema privado. Echamos toda la culpa de la crisis a los gobiernos, tanto a Zapatero como a Rajoy, y creo que eso es excesivo. Fueron bancos, fueron empresas y algunas familias las que se sobreendeudaron para comprar una casa. No hay un gen español que genere crisis.

   - Y ahora, cuando los datos empiezan a mostrar un cambio de tendencia, ¿se están construyendo unos cimientos sólidos?

   No. Cuando planteamos el libro acordamos que tenía que ser un libro en positivo, el ciudadano ya tiene muchos problemas y yo no quiero darle más. Por lo tanto, en el libro se identifican los problemas y aporta soluciones. El libro intenta que 'pongamos las luces largas'.

   Lo que no se puede hacer es tener a un país en tensión 24 horas por la decisión de su presidente con respecto a su gobierno y su partido. Si el largo plazo en España son 24 horas, tenemos un problema.

   Hay que ser conscientes de que ha habido grandes cambios en todo el mundo en los últimos años. El comunismo y la economía de mercado han fracasado, hay que ir hacia economías mixtas. Hay globalización y hay una revolución tecnológica. El modelo en España tiene que ser global y tecnológico. Y para eso hay tres claves: educación, educación y educación. Mientras, estamos recortando en educación, estamos deteriorando la calidad de nuestros estudiantes, estamos recortando en ciencia, en investigación, en I+D... Yo creo que estamos vendiendo el coche para comprar gasolina. Es absurdo el modelo que llevamos.

   - ¿Estamos volviendo a un modelo similar a antes de la crisis?

   Es que no lo hemos cambiado. En los cuatro primeros meses del año, quitando energía, el superávit comercial ha sido de 1.500 millones y el año pasado de 5.500. En cuanto llega la recuperación, las importaciones crecen más que lo que crecen el PIB y el empleo, y entras en déficit por cuenta corriente y aumentas la deuda externa. España es el segundo país del planeta en deuda externa, después de Estados Unidos. Tenemos que tener un modelo que genere superávit crónico con el exterior, que reduzca la deuda externa y que sea coherente con la creación de empleo y la mejora de salarios.

   - Ha hablado de 'poner las luces largas', de promover políticas a largo plazo, y mientras el Gobierno no descarta una nueva bajada de impuestos en lo que parece una estrategia electoral

   Mientras hacemos esta entrevista la deuda publica aumenta en 100.000 euros por minuto. Si bajas los impuestos es una estrategia muy 'neocon' del partido republicano estadounidense: para que voy a pagar yo impuestos si los pueden pagar mis hijos.

   En el año 2015 Rajoy se comprometió con Bruselas en reducir el déficit en 15.000 millones. En el primer trimestre de este año el déficit ha aumentado. Ha habido elecciones en comunidades autónomas, se han gastado lo que no tenían, y encima han bajado el IRPF. En nueve meses no vamos a bajar los 15.000 millones prometidos. Vamos a incumplir el objetivo este año. Y el año que viene, cuando pase esto de Grecia y Bruselas se centre en los déficit otra vez, habrá que hacer ajustes de nuevo, habrá que recortar en pensiones, en sanidad y en educación.

   Aparte de eso hay que crecer más y mejor. La recaudación de la Seguridad Social el año pasado ha crecido un 0,7% y se gasta 25.000 millones más de lo que ingresa. O aumentas la recaudación con mejores salarios o habrá que recortar las pensiones, tal vez no el año que viene. Y para subir los salarios en un mundo global y con revolución tecnológica hay que aportar algo más. Por eso es importante hacer un proyecto a largo plazo.

   A corto plazo creo que hay posibilidad con el Plan Juncker de tener un crecimiento mejor. Además, está el tema de la pobreza, con el que este Gobierno no ha tenido ninguna sensibilidad.

   - Ahora el Gobierno parece centrado en conseguir la presidencia del Eurogrupo para Guindos, ¿de verdad es tan importante?

   Está bien tener cargos de representación en Europa. El Gobierno en este sentido no lo ha hecho bien. Perdimos la silla del BCE y luego perdimos una vicepresidencia europea porque nos dijeron que íbamos a conseguir la presidencia del Eurogrupo. Espero que si no lo conseguimos Rajoy pida perdón a los españoles, porque se va a ir con mucha menos representación en Europa de lo que España se merece y debe tener.

   - Otro centro de atención informativo es Grecia. ¿Puede pagar su deuda?

   No.

   - ¿Y entonces qué camino queda por delante?

   Es muy complicado. Los economistas no anticipamos bien el futuro, pero hay veces que es evidente. Cuando un país tiene una fuga de depósitos como la que ha provocado la llegada al Gobierno de Syriza, es evidente que el crédito se corta, se cierran empresas y vuelve la destrucción de empleo.

   Evidentemente, ha sido un error de negociación de los griegos. Deberían haber tenido una posición de 'divide y vencerás'. Renzi y Hollande le tendieron la mano y podrían haber dejado más aislada a Alemania y haber conseguido unas condiciones del tercer rescate mejores.

   En febrero el Gobierno griego proponía un superávit fiscal primario del 1%. Ahora, con la recesión y caída de ingresos, para llegar a ese objetivo hay que hacer un ajuste fiscal de 2 puntos de PIB adicionales. Por otro lado, si queremos que Grecia siga en Europa no podemos permitir que dentro de la UE haya pobreza severa, como en Grecia. Algún tipo de plan humanitario tiene que haber. Además, este año los objetivos fiscales deberían reconocer un ligero déficit o al menos equilibrio. Y esto condicionado a que los griegos aporten algo.

   Creo que por las dos partes tiene que haber un reconocimiento. El plan de Syriza era absurdo y no lo va a cumplir. Pero en el lado europeo hay que se realistas.

   - En el libro, hablando de América Latina, cita el caso de Brasil, donde el Partido de los Trabajadores abandonó sus propuestas más controvertidas al llegar al Gobierno. ¿Puede seguir Podemos una senda similar allí donde llegue a gobernar?

   Hay que ser muy cuidadosos al comparar, pero es verdad que América Latina ha vivido crisis de deuda y hay que mirar allí para ver cómo se han comportado las economías. Lo que se ha visto allí es que las democracias funcionan mucho mejor que las dictaduras. Por otro lado, tampoco hay un conflicto entre izquierda y derecha. La mayoría de los gobiernos han sido de izquierdas, pero han apostado por economías de mercado y tienen una vocación de corregir los excesos, de mejorar la educación... Creo que esas son las sociedades que se protegen mejor de la infelicidad. Lo que ha fracasado son experimentos comunistas o bolivarianos.

   En cuanto a lo de Podemos, evidentemente el poder civiliza. Lo hemos visto en Grecia. Tsipras dijo q iba a impagar la deuda por ilegítima. En el último informe que ha pasado a la troika propone un banco malo. Si las ayudas de Samaras y Papandrru eran ilegales, ¿por qué lo haces tú?. Si la deuda del BCE es ilegal, ¿por qué le sigues pidiendo dinero?

   - En el libro aseguras que Europa es la solucion, pero también puede ser un problema. ¿Cuándo será de nuevo una solución?

   Soy europeísta, aparte de por vocación, por pragmatismo. Mi primer viaje a Europa lo hice con 7 años y todavía me acuerdo. Cómo eran las autovías, cuando llegué a París y vi los Campos Elíseos... Todo era tan brutal, todo me desbordaba. Ahora cuando viajo a Europa, la veo vieja. Hemos convergido en infraestructuras, nuestras empresas tienen el capital físico. Cando vas a Londres y te bajas en Picadilly, la primera tienda que ves es Zara y la siguiente Mango. Me gustaría que hubiera muchas más y que pudiéramos bajar la tasa de paro con mejores salarios.

   Pero creo que tenemos complejo de inferioridad. Nuestras generaciones anteriores siempre han visto a Europa como el Papá Noél que nos iba a solucionar todos los problemas. Ahora lo que necesita Europa es ayuda. Alemania tiene un plan, aunque a mi no me gusta; los franceses tienen un plan, que me gusta más, y los italianos tienen otro plan. Y España no tiene plan para Europa. Me alegro de que ahora el Gobierno ha mandado un documento de reformas institucionales a Europa. Poco realista, pero empezamos a tener ese plan. España tiene que tener un modelo primero para España, y luego tenemos que ir a Europa con la vocación de aportar y de llegar a acuerdos. Tendrá que haber un modelo multicultural y multipolar en Europa, y España tiene mucho que decir ahí. Hay que combinar todo eso y crear una nueva Europa.

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