Publicado 26/11/2025 12:09

Agro.- El consumo moderado de vino y una dieta mediterránea aleja enfermedades, según Fivin y UB

El catedrático Ramón Estruch afirma que en las comidas favorece la absorción de antioxidantes y antiinflamatorios

Consumir vino con moderación y con dieta mediterránea aleja enfermedades, según Fivin y UB.
Consumir vino con moderación y con dieta mediterránea aleja enfermedades, según Fivin y UB. - EUROPA PRESS

BARCELONA, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

Expertos de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (Fivin) y de la Universitat de Barcelona (UB) han defendido que el consumo moderado de vino --entre media y una copa al día-- durante las comidas y dentro de una dieta mediterránea tiene efectos positivos sobre la salud.

Lo han asegurado este miércoles en un acto en Barcelona que ha contado el catedrático de Medicina de la UB y presidente de Fivin, Ramón Estruch; el cardiólogo y presidente del Comité Científico de Fivin, Josep Masip; la catedrática de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB María Pérez; y la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de La Rioja, Patricia Pérez.

Los especialistas han especificado que el consumo excesivo o patrones poco saludables, como los atracones de fin de semana, se asocian a mayor mortalidad y riesgo de enfermedades crónicas, mientras que un consumo moderado, especialmente integrado en la dieta mediterránea, tiene beneficios para la salud cardiovascular.

Un estudio reciente publicado en la revista 'European Heart Journal' y liderado por el doctor Estruch y otros investigadores de la UB respalda esta tesis: "Se demostró que la dieta mediterránea que incluye un consumo moderado de vino reducía entre un 30 y un 40% la incidencia de infarto de miocardio, ictus o mortalidad cardiovascular", ha destacado el presidente de Fivin.

Ha incidido en el hecho de que se consuma durante las comidas, ya que es entonces cuando "la absorción de alcohol en sangre es más baja y se favorece la absorción de polifenoles [compuestos químicos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias] del vino y de los alimentos que se están consumiendo".

UNA CONTROVERSIA VIGENTE

En su intervención, Josep Masip ha repasado los estudios que han analizado la relación del consumo moderado de vino y la salud, y ha explicado que han sido criticados por utilizar como muestra a exbebedores que dejaron el hábito por enfermedad y a abstemios de toda la vida, ya que "podían alterar los resultados".

También ha hecho referencia al Global Burden of Diseases (GBD), realizado por el grupo de investigación que emite informes en los que se basa la OMS y que en 2018 afirmó que no había un nivel de consumo seguro y más tarde, en 2020, matizó que el impacto del consumo de alcohol dependía de la edad y la región analizada.

Masip sostiene que el resultado del estudio Unati, actualmente en curso, desarrollado en España y financiado con fondos europeos, será el primer estudio aleatorio en su género que "dará respuestas sobre el vino" y disipará dudas relacionadas con este tema.

INVESTIGACIONES RECIENTES

Entre las investigaciones más recientes que respaldan estos hallazgos, destacan dos proyectos financiados por las Ayudas a Proyectos de Investigación "Vino, Nutrición y Salud" que convocan bienalmente Fivin y la Organización Interprofesional del Vino de España.

El estudio liderado por María Pérez analizó los metabolitos del resveratrol, un polifenol presente principalmente en el vino tinto, como biomarcadores objetivos del consumo de esta bebida, y reveló que el consumo moderado de vino ejerce "un efecto antiinflamatorio sobre sistema cardiovascular", asegura la doctora.

Por su parte, el proyecto dirigido por la doctora Patricia Pérez investigó los efectos del consumo moderado de vino tinto sobre la enfermedad de Alzheimer y la función cerebral, aportando nuevas perspectivas sobre el papel neuroprotector de los polifenoles del vino en el envejecimiento saludable.

"Hubo beneficios en ratones que tomaron vino desalcoholizado y los que tomaron poco más de la dosis moderada. En ambos casos hubo una mejora a nivel de neuroinflamación y de microbiota intestinal, con bacterias protectoras que producen ácidos grasos y mejoran la actividad intestinal", ha puntualizado Pérez.

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