Publicado 10/12/2020 15:42

Fundación Aquae pide proteger las montañas de su vulnerabilidad ante el cambio climático

Fundación Aquae recuerda la importancia de combatir el cambio climático para proteger a las montañas, ante la conmemoración el 11 de diciembre del Día de las Montañas.
Fundación Aquae recuerda la importancia de combatir el cambio climático para proteger a las montañas, ante la conmemoración el 11 de diciembre del Día de las Montañas. - FUNDACIÓN AQUAE

   MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Fundación Aquae ha alertado sobre la necesidad de proteger y preservar las montañas por las amenazas y consecuencias del cambio climático debido a que la degradación de los suelos, el deshielo o la propagación de incendios "son fenómenos que se están acelerando" a causa del calentamiento global.

   La petición se produce ante la celebración este viernes del Día Internacional de las Montañas (11 de diciembre) y, en ese contexto, recuerda que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU alerta de que de aquí a final de siglo el calentamiento global medio puede oscilar entre el 1,1 y los 6,4C.

Además, recuerda que la conservación de la biodiversidad en las montañas es la cuarta meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 15 de la Agenda 2030 de la ONU y que estos ecosistemas originan el 70 por ciento del agua dulce del mundo. Este hecho supone que el calentamiento global está modificando "inevitablemente" el ciclo hidrológico de los sistemas montañosos, y en particular, las pautas de las precipitaciones y la estacionalidad de la libre circulación del agua de lluvia sobre el terreno (escorrentías).

   "Los sistemas montañosos cubren casi un cuarto de la superficie terrestre(22%) y cerca de la mitad del territorio de España que, con una altitud media superior a los 600 metros sobre el nivel del mar, convierte a nuestro país en el segundo más alto de Europa", detalla Fundación Aquae.

   De hecho, Fundación Aquae sostiene que, según los expertos, los efectos del calentamiento se traducen en la reducción y desaparición de los glaciares, una acumulación menor de nieve y un deshielo prematuro que afecta a aquellos territorios en los que el agua proviene de nieve derretida y en los que viven más de 1.000 millones de personas.

   Por otro lado, añade que los cambios en los caudales también incrementan los fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias torrenciales u olas de calor, sequías, incendios y desertización. Por último recuerda que esta situación repercute también en la flora y en la fauna y, en definitiva, empeora las condiciones de vida de la mayoría de los habitantes de los sistemas montañosos del sur, por malas cosechas o pérdida de ganado.

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