Actualizado 26/09/2007 15:42

Michael Czerny.- Un pueblo que quiere vivir: celebrando cinco años de Ajan

Como Jesuita, solía reflexionar sobre cómo la pandemia del sida devastaba no sólo a la sociedad sino también a las familias, golpeando a nuestros seres queridos. Me di cuenta de que no podía permanecer de brazos cruzados. Me sentí llamado a hacer algo diferente y me pregunté: ¿cómo, con lo pequeño y débil que soy, puedo contribuir en esta gran lucha?.

Muchos jesuitas en África y Madagascar se han hecho la misma pregunta que se hizo Charles Chilufya. Este joven jesuita zambiano decidió aportar lo mejor de sí y emprendió la tarea de organizar programas de sensibilización para mujeres y niños en un campamento de refugiados en Malawi y abogó en favor del tratamiento médico para los que lo necesitaban. Otros jesuitas lo hacen de muchas maneras diferentes.

Las reflexiones y experiencias de algunos de ellos se presentan en 'Un Pueblo que quiere vivir', un libro dedicado a los ministerios del sida, impulsados por los jesuitas y sus colaboradores en todo el continente. Dicho libro fue publicado a mediados de 2007 para conmemorar el quinto aniversario de la Red Jesuita Africana contra el Sida (African Jesuit AIDS Network, AJAN), y muestra cómo iniciativas creativas están tomando cuerpo dentro de las obras de la Compañía de Jesús, en las parroquias, en la educación, en el desarrollo y la justicia social, en la atención a la salud y en la pastoral, en las comunicaciones y en la formación. Más allá de la atención médica, el enfoque adoptado se preocupa de la persona total y de su ambiente.

El libro hace un recorrido por las iniciativas impulsadas bajo el auspicio de la AJAN, una red creada en junio de 2002 por los Provinciales Jesuitas de África y Madagascar (JESAM) para conformar un frente unido en la lucha contra la pandemia.

Esta iniciativa es coordinada desde la sede de AJAN House en Kenia. Esta organización trabaja con las diez provincias y regiones africanas, y apoya los ministerios existentes del sida, anima la creación de nuevos; invierte sólidamente en la formación de jesuitas y forja una espiritualidad que responda a la pandemia.

Una evaluación llevada a cabo durante el presente año muestra a AJAN como una organización con capacidad de respuesta y con suficientes recursos, que apenas comienza a desarrollar todo su potencial. Hace cinco años, AJAN era sólo un sueño compartido y una semilla recién plantada, según señala el P. Michael Czerny SJ, coordinador de AJAN. Hoy, el sueño está empezando a tomar forma y la semilla se está desarrollando.

El P. Fratern Masawe SJ, Moderador del JESAM, coincide en que ciertamente, el objetivo se ha alcanzado, aunque no podamos cuantificar todos los éxitos. Sólo unidos podríamos ganar esta batalla.

Compartir juntos estos conocimientos ha animado a los jesuitas que trabajan en el ministerio del sida, muchos de los cuales, a menudo, se sentían en cierta forma solos. Alentar este sentimiento de pertenencia es una de las claves del éxito de AJAN.

Charles dice que se siente como parte integral de una red global, sentimiento que comparte Harris Tombi SJ, director del centro educativo jesuita en Kyabé, República del Chad. Él describe un proyecto de sensibilización sobre el sida que acababa de impulsar como una más de las células que conforman el cuerpo de AJAN: somos un eslabón de una larga cadena. Mi objetivo es adecuar los conocimientos de AJAN a la realidad de nuestra región para utilizar los medios apropiados en la lucha contra la expansión del VIH.

AJAN quiere edificarse sobre los logros alcanzados en sus primeros cinco años. A medida que se desarrolla con un perfil corporativo de una red católica, una identidad diferenciada y una manera específica de trabajar, sus miembros ya hablan con una sola voz como voz de los sin voz. AJAN acoge con gusto el apoyo de las instancias jesuitas de todo el mundo en favor de los derechos de las personas infectadas por el VIH y afectadas por el sida.

'Un Pueblo que quiere vivir' recoge el entusiasmo y el compromiso que caracteriza la manera de proceder de AJAN y muestra que su último objetivo es, en palabras del Deuteronomio, elegir la vida, no la muerte. Para solicitar 'Un Pueblo que quiere vivir' --en francés, inglés o portugués-- se puede enviar un e-mail a la dirección 'books@jesuitaids.net'.

Michael Czerny es jesuita. Fue responsable durante 11 años del Secretariado de Justicia Social de la Compañía de Jesús con sede en Roma. En 2002 Se traslada a Nairobi (Kenia) como coordinador de la Red de Jesuitas Africanos Contra el Sida (AJAN).