BILBAO, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Joseba Andoni Agirre, acusado de matar a su exnovia el 17 de marzo de 2014 en Mungia (Bizkaia), estrangulándola con el cable de una plancha para el pelo, ha negado que matara a Andina Pereida, de 35 años y nacionalidad brasileña, y ha afirmado que es inocente. "Es muy duro estar en la cárcel acusado de matar a la persona que quieres", ha añadido.
La Audiencia Provincial de Bizkaia ha acogido este viernes la tercera y última sesión del juicio con jurado popular contra Joseba Andoni Agirre, que ha quedado visto para sentencia, por lo que el próximo lunes se entregará el objeto del veredicto al jurado para que proceda a su deliberación.
Finalmente, el Ministerio Fiscal y la Abogacía del Estado han modificado sus conclusiones y han solicitado un total de 15 años, frente a los 16 años y medio de prisión que pedían inicialmente por allanamiento de morada y homicidio, al entender que el primero de los delitos fue "un medio" para perpetrar el segundo.
Por su parte, la acusación particular ha mantenido la petición de tres años de cárcel por maltrato habitual, y le acusa también de allanamiento (año y medio) y homicidio (15 años). El abogado defensor, por su parte, ha reiterado su petición de no culpabilidad.
En su alegato final, el acusado ha pedido "perdón" al jurado por tener que estar en la vista oral y ha advertido de que "están ahí sentados porque me negué a ceder a las coacciones para declararme culpable".
Joseba Andoni Agirre ha denunciado que está siendo objeto de "tortura psicológica" por el hecho de estar "a 300 kilómetros" de su casa, desarraigado" de su familia y amigos en la prisión de Dueñas (Palencia).
"DECLARACIONES GUIONIZADAS"
Asimismo, ha lamentado que lleva más de dos años sin ver a sus hijos y ha remarcado que, durante el transcurso del juicio, no ha mirado de manera "amenazante" a los testigos, sino "atento". Asimismo, ha considerado que las declaraciones de los mismos han sido "guionizadas y convenidas".
"He estado durante estos dos años tres veces con mi abogado. Quiero responder a todas las preguntas. Yo sé la verdad. Soy inocente y llevo esto fatal porque no se imaginan lo que es estar en una cárcel siendo inocente y acusado de matar a la persona que quieres. Es muy duro", ha concluido.
En su informe final, su abogado defensor ha advertido de que durante la detención de su patrocinado no se respetaron sus derechos y ha alertado de que se rompió la "cadena de custodia de algunas pruebas".
De este modo, ha afirmado que se está ante una "trama" repleta de "irregularidades" con una investigación en la que "no se ha utilizado el método científico". "No vale la inquisición", ha afirmado en referencia al modo en que los ertzainas habrían logrado la confesión inicial.
Tras criticar el modo en que se realizó el atestado policial, el abogado defensor ha subrayado que su defendido no tenía las llaves para acceder al domicilio de Andina Pereida, y ha achacado al hecho de contar con antecedentes el comportamiento de los ertzainas, que habrían dado por hecho que su defendido era el culpable.
Asimismo, ha atribuido los restos de AND de su defendido que la víctima tenía en las uñas a que el día anterior habían pasado "cuatro horas juntos" y ha incidido en que la huella de la oreja encontrada en la puerta de la vivienda de la fallecida estaba a 1,75 metros de altura, cuando el acusado mide 1,69 metros.
También ha argumentado que ser "celoso o controlador" no está penado por la ley y ha recordado que, durante la fase de instrucción, ningún testigo afirmó que su patrocinado hubiera agredido sexualmente a la víctima en el pasado.
UN MILLAR DE LLAMADAS
Por su parte, la acusación particular ha considerado que el acusado "controlaba todos los movimientos" de la fallecida al padecer "celos enfermizos", lo que se demostraría en el hecho de que en los 17 días previos a los hechos habría realizado más de 1.000 llamadas a las víctima.
A su juicio, no se puede entender el crimen sin entender el maltrato y ha incidido en que, si no han aparecido huellas en el cable de la plancha, es por "la forma de agarrarlo". Además, ha recordado los antecedentes por maltrato con que cuenta el acusado.
"Confesó ante la Ertzaintza haber sido él y a la médico forense también se lo dice el mismo día. Sabía lo que hacía y por qué lo hacía", ha considerado.
Además, ha incidido en que, si se halló A.D.N. de la víctima en los calcetines de Joseba Andoni Agirre, fue por el hecho de que "fue la única prenda que no lavó", y ha atribuido la huella de la oreja del agresor en la puerta del piso a que "no sabía si había alguien más en su interior".
FISCALÍA
Por su parte, el Ministerio Fiscal ha defendido también que el acusado accedió al piso de la víctima con las llaves que previamente le había sustraído, se aseguró de que estaba sola y la estranguló. "Estuvo en la casa y la mató", ha añadido.
Asimismo, ha descrito cómo la agarró por el cuello, la arrinconó contra la pared y la estranguló con el cable de la plancha de pelo. Por otro lado, ha remarcado que los resto de semen hallados en el cuerpo de la víctima eran "antiguos y escasos", por lo que no sitúan a otro varón en el lugar del crimen el día de los hechos.
Por último, el Abogado del Estado ha incidido en el "miedo atroz" de la víctima hacia el encausado le llevó a cambiar de domicilio, alertar a sus hijos de la situación y decir que vivía con más personas. "La única opción de que no haya sido él es que el autor de los hechos haya sido un fantasma o un espíritu. Él es el único responsable del crimen", ha expresado.
Del mismo modo, ha rechazado la posibilidad de que los agentes de la Ertzaintza pudieran haber "arriesgado su carrera" por "forzar una confesión" de culpabilidad del acusado.
FORENSES
Durante la tercera jornada del juicio han testificado también tres médicos forenses que estuvieron presentes en el levantamiento del cadáver y atendieron al acusado. Según han señalado, el cuerpo de la víctima presentaba signos de violencia en el cuello y la cabeza, así como "una intensa hemorragia en ambos ojos" y lesiones por mordeduras en la lengua, propias de un estrangulamiento.
En su declaración han afirmado que el hecho de que el cable de la plancha de pelo estuviera cerca del lugar donde se encontró el cuerpo de la fallecida, "sugiere que fue ésta el arma lesiva".
Del mismo modo, una de las forenses ha manifestado que el detenido le reconoció que había estado en el piso en la mañana de los hechos y que había habido una pelea, "pero nada más". "Reconoce que la agrede, no precisa cómo y dice padecer un olvido parcial", ha añadido.
Por otro lado, a preguntas de la acusación particular, ha concretado que el agresor padece "temor al abandono y celos", además de ser una persona "poco sincera" que adopta la "posición de víctima".
También han subrayado que los análisis llevados a cabo revelan que el agresor no presentaba síntomas de encontrarse en el momento de los hechos bajo el "influjo de sustancias tóxicas o alcohólicas", por lo que era plenamente consciente de sus actos.
Por último, y en referencia a las pequeñas heridas en labios y cuello que el agresor presentaba en el momento de su detención y que achacó a que había estado jugando con su hija, los forenses han afirmado que se trataba de lesiones "recientes", producidas en un margen de 24 horas.