SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Unas 45 personas, entre los que se encontraban delegados del sindicato CIG, se concentraron hoy ante la sede de la Consellería de Educación e Ordenación Universitaria en Santiago para "impedir que se cierren" los comedores escolares en determinados centros de las provincias de Lugo y Ourense.
Tras rebajar la Xunta el ratio de 30 a 25 usuarios, esta situación afecta --según el sindicato-- a los centros de Cervantes, Ourol y Ribeira de Piquín --en Lugo--; además de en Baltar, O Bolo, Calvos de Randín, Xunqueira de Espadañedo y San Mamede de Montedorramo, en la provincia de Ourense, además de a más de 170 alumnos.
Entre consignas como 'lo público es servicio, lo privado es beneficio' y tras una pancarta en la que se leía 'Negociación e non imposición', el secretario nacional de la CIG-Autonómica, Fernando García, vio "un paso tímido" el cambio de baremo tras la reunión celebrada el pasado viernes y constató "que los criterios pueden cambiar" al tratarse de una decisión "política".
"No se pueden amparar en ninguna razón jurídica o aritmética, pues son los ratios que ponen ellos", consideró el portavoz sindical, antes de participar en una nueva reunión junto con la Consellería para negociar la situación de los comedores.
De este modo, señaló que la intención de la Xunta es la de "cerrar" ese servicio público para después contratar un catering o a empresas hosteleras de cada localidad, "para dar de comer a los niños".
"Repercute en una pérdida de calidad del servicio, más costes y, en definitiva, una cuestión de no prestar servicios públicos esenciales en el rural", aseveró, tras lamentar que se trate a esta población "como ciudadanos de tercera que pagan impuestos de primera".
