La ruta migratoria argelina deja 1.037 víctimas en 2025 y Baleares se consolida como "laboratorio de la necrofrontera"

Archivo - Una patera localizada en la costa de Mallorca.
Archivo - Una patera localizada en la costa de Mallorca.- POLICÍA NACIONAL - Archivo
Europa Press Islas Baleares
Actualizado: lunes, 29 diciembre 2025 13:47

PALMA, 29 (EUROPA PRESS)

   Al menos 1.037 personas migrantes han desaparecido, y probablemente fallecido, mientras trataban de cruzar en patera la conocida como ruta argelina en 2025, un año en el que Baleares se ha convertido en un "laboratorio de la necrofrontera".

    Es una de las conclusiones que se desprenden del informe anual 'Monitoreo del derecho a la vida' elaborado por la organización Caminando Fronteras y publicado este lunes.

    La ruta argelina, que une el norte de Argelia con el Levante peninsular y Baleares, ha mantenido una actividad constante a lo largo de todo el año y se ha consolidado como el cruce migratorio más transitado hacia España, superando a la ruta atlántica hacia Canarias y los trayectos desde el norte de Marruecos.

    Además, según la ONG, se ha confirmado la tendencia del desplazamiento hacia la parte "más peligrosa" de la ruta, la que tiene destino a Baleares, sobre todo Ibiza y Formentera.

    Tanto es así que la organización ha detectado salidas de pateras desde puntos de la región oriental de Argelia que, aunque tradicionalmente se dirigían hacia el Mediterráneo central, ahora han virado el rumbo para tratar de llegar a las Pitiusas.

    El observatorio de derechos humanos de Caminando Fronteras ha documentado 1.037 víctimas en 121 tragedias marítimas --el 70% del total en España--, de las cuales 47 corresponden a embarcaciones desaparecidas en su totalidad.

    El aumento de víctimas ha sido especialmente significativo en los meses de enero (136), octubre (144) y noviembre (168). Los menos mortíferos han sido julio (44), mayo (45) y diciembre (54).

"OPACIDAD" EN BALEARES

   Al realizar el análisis de cada una de estas tragedias, la organización ha determinado que Baleares sigue siendo una de las regiones como "mayor opacidad" en relación a la búsqueda de personas desaparecidas en el mar.

    En el archipiélago, siempre según el informe, persisten las "búsquedas pasivas" y la "limitación de los operativos a las áreas cercanas al territorio", a lo que se le suma una "escasa cooperación entre los países que comparten la protección de las zonas SAR", es decir, aquellas en las que tienen la responsabilidad de coordinar las operaciones de rescate de personas que se encuentren el peligro en el mar.

    La "demora" en la activación de los servicios de búsqueda y rescate "sigue siendo significativa", además del uso de "métodos pasivos de búsqueda" cuando lo necesario serían "operativos proactivos".

    Un ejemplo de la necesidad de abordar esta situación de los protocolos de servicios de rescate es el alto número de cadáveres que han llegado a las costas de Baleares a lo largo de 2025 --más de medio centenar--, lo que para la organización demuestra que muchos de ellos se habían ahogado "poco tiempo antes de aparecer en la playa".

    "Las autoridades deben preguntarse si esos naufragios podrían haberse evitado y abrir una investigación para lograr una protección eficaz del derecho a la vida en el mar. Desgraciadamente, esto no está sucediendo", ha subrayado.

   El resultado, de acuerdo con Caminando Fronteras, son "cementerios repletos de tumbas sin nombre, personas enterradas sin identidad, sin ceremonias de despedidas, sin respeto a sus tradiciones religiosas y, lo que es más importante, sin que las familias sepan que ese ha sido su final".

    Uno de los lugares donde se da esta situación es el cementerio de Formentera, lo que ha llevado a su enterrador a escribir en la tumba de cada uno de estos fallecidos la fecha de la aparición del cadáver "como un acto de memoria para las víctimas y una manera de ayudar a las familias".

   El informe concluye que las muertes y desapariciones en las fronteras del Estado español se producen en un contexto marcado por la "insuficiente activación de los dispositivos de rescate y por la externalización del control y la gestión fronteriza hacia terceros países".

   Entre otras ineficiencias, denuncia "la demora en la activación de las búsquedas, la falta de coordinación entre Estados o la omisión del rescate aun cuando se dispone de la posición de las embarcaciones". A ello se suman, según la ONG, "el uso de infraembarcaciones, las largas distancias, la sobrecarga de las embarcaciones y las condiciones meteorológicas adversas".

 CAMBIO DE PERFILES Y MÁS RIESGOS

   Otro de los aspectos destacados en el informe es el cambio de perfil de los migrantes que transitan por esta ruta, que han pasado de ser eminentemente argelinos a registrar un aumento "vertiginoso" de personas procedentes de Somalia, Sudán y Sudán del Sur.

   Se han llegado a localizar embarcaciones íntegramente compuestas por personas de estos países, lo que lleva a la ONG a determinar que Argelia se ha convertido en un país de tránsito para aquellos que proceden del África oriental, occidental y el Sahel.

   Desde el África oriental usan dos rutas principales, la que se dirige al norte atravesando Libia para después cruzar a Argelia y la que les conduce desde la parte central y occidental del continente, atravesando Níger y Nigeria, hasta el país magrebí.

   Esta segunda ruta es compartida con personas que en su mayoría vienen desde Mali y Guinea y que usan la vía de Libia, Túnez y Argelia para intentar llegar a Europa.

   Durante estos largos periplos asumen "graves riesgos" cuando atraviesan Sudán y Libia, dos países con conflictos civiles de alto riesgo, o cruzan el Sahel, donde existen grupos terroristas en lucha con los diferentes países.

    Además, el camino por el desierto se han reportado "muertes, torturas, detenciones arbitrarias y desplazamientos forzados". Esta situación de violencia se agrava de forma importante entre los menores migrantes, cuyo porcentaje ha aumentado en las rutas del Mediterráneo occidental, siendo Argelia, Mali, Guinea y Somalia los países de procedencia mayoritaria.

   El "riesgo alto" para la vida de los migrantes prosigue cuando se suben a las pateras en "condiciones más precarias" y "peores condiciones meteorológicas".

 "EL LABORATORIO DE LA NECROFRONTERA"

   En su informe, Caminando Fronteras recuerda que el Gobierno declaró la emergencia migratoria en Baleares después de años en los que se presentó la ruta migratoria como "una zona emergente y no como una frontera consolidada".

    En este contexto, el archipiélago se ha convertido hoy en un laboratorio de la necrofrontera", es decir, "un espacio en el que convergen la criminalización, la necropolítica y la erosión progresiva del derecho internacional, especialmente para la protección del derecho a la vida".

    Además, en las Islas la lucha por las competencias entre las administraciones y el discurso polarizado se ha convertido en "una oportunidad" para las instituciones de generar "una frontera basada en la gestión del sufrimiento y la normalización de la muerte".

    Ibiza y Formentera concentran gran parte de los migrantes llegados en patera a Baleares, mientras que Mallorca actúa como un punto de redistribución hacia la Península. Esto revela una "falta estructural de coordinación y de medios", así como una "preocupante normalización de la vulneración de los derechos humanos como parte de la gestión migratoria".

    La política regional, ha ahondado la organización, ha priorizado un enfoque centrado en la seguridad en detrimento de las perspectivas de derechos humanos y de la protección integral de los migrantes, "lo que refleja la tensión existente entre la política de acogida y la de contención".

    Caminando Fronteras, en ese sentido, ha lamentado la falta de espacios de diálogo con organizaciones sociales y entidades locales que han sido "sustituidos" por acuerdos entre grupos parlamentarios "donde se insta a la persecución a la solidaridad".

    "Baleares es el ejemplo de la adaptación política a las narrativas de miedo, control, criminalización y desprotección de derechos como herramientas de gestión de la frontera", sentencia el informe.

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