KANDAHAR 6 Jun. (EP/AP) -
El hermano del fallecido talibán mulá Dabulá y presunto nuevo comandante de las tropas talibán en el sur de Afganistán, aseguró ayer que la milicia ha decapitado a un empleado sanitario afgano y amenazó con asesinar a un rehén a diario hasta que los talibán recuperen el cadáver de Dabulá. "Estamos avisando al Gobierno para que entreguen el cuerpo de Dabulá", aseguró por teléfono a la agencia el talibán que dijo ser el hermano del mulá fallecido. "Hoy (por ayer) hemos decapitado a uno de los doctores y también decapitaremos a los otros", agregó.
Mansoor Dadulá, explicó a Associated Press que su milicia tiene a cuatro empleados sanitarios secuestrados y 15 soldados afganos y aseguró que todos y cada uno morirá si las autoridades afganas no entregan el cuerpo del mulá Dadulá a sus familiares. "Karzai debería entregar el cuerpo de mulá Dadulá a sus familiares", insistió.
Por otra parte, Mansoor Dadulá explicó que recibió una carta del líder de la red terrorista Al Qaeda, Usama bin Laden, en la que le felicitaba por haber sucedido a su hermano en su cargo. "Espero que tu también lleves a cabo el mismo tipo de Yijad que hizo el mulá Dadulá", leía la carta.
Mansoor Dadulá aseguró que cientos de reclutas talibán se han inscrito como voluntarios para perpetrar atentados suicidas contra las fuerzas de la OTAN, estadounidenses y afganas y contra lo que denominó de "Gobierno marioneta" de Karzai, ya que, insistió, los talibán "continuarán la Yijad hasta que los países ocupantes se marchen".
Asimismo, reclamó el cadáver de su hermano, el cual, según él, fue trasladado de la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán, a la base militar estadounidense de Bagram y de ahí a Estados Unidos, algo que la sargento y portavoz del Ejército norteamericano en el país, April Lapetoda, rechazó conocer.
Por su parte, el gobernador de la provincia de Kandahar asegura que los restos de Dadulá fueron enterrados en un lugar secreto de la ciudad.
Mientras, un portavoz del Ministerio de Salud afgano aseguró ayer que el presidente, Hamid Karzai, ha ordenado intercambiar el cadáver del miliciano fallecido por cinco empleados secuestrados el pasado marzo en Kandahar, un médico, tres enfermeras y un conductor.