La Camorra vuelve a matar a pesar del intenso despliegue militar en su zona

Actualizado: domingo, 5 octubre 2008 19:56


ROMA, 5 Oct. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -

La Camorra volvió hoy a matar en la localidad de Casal di Principe (sur de Italia), cerca de Nápoles, donde Stanislao Cantelli, de 60 años, fue acribillado a balazos mientras jugaba a las cartas en un centro social recreativo.

Cantelli se había jubilado hace poco a causa de una enfermedad cardíaca y era tío de un ex miembro de la Camorra que había decidido empezar a colaborar con la Justicia, Luigi Diana, según informaron los medios de comunicación italianos.

Dados los indicios, los investigadores piensan que podría tratarse de una represalia contra Diana, aunque tampoco se descarta que sea una nueva demostración de fuerza frente a los numerosos arrestos que la Policía ha llevado a cabo en los últimos días.

En cuanto a la dinámica del episodio, todo hace pensar en la autoría de la mafia napolitana, que suele ejecutar a sus víctimas de modo improvisado y en medio del bullicio de la gente. De hecho, numerosos testigos presenciaron la irrupción de al menos dos sicarios en el local y los vieron descargar sus pistolas sobre el cuerpo de Cantelli, que murió en el acto.

Este nuevo episodio de violencia tuvo lugar en concomitancia con el despliegue de 500 militares en la zona, que se unirán a los 400 agentes de la Policía extraordinarios que están supervisando el territorio desde mediados de septiembre. El Gobierno italiano ha decidido responder así al múltiple asesinato del pasado 18 de septiembre, en el que murieron seis inmigrantes y un italiano cerca de Nápoles.

Se trata de una de las masacres más atroces registradas de los últimos años. Los sicarios llegaron a bordo de un coche y dispararon alrededor de 130 proyectiles contra el grupo de inmigrantes, dejando seis muertos y un herido grave. Pocos minutos antes habían acribillado a balazos a un italiano, no muy lejos de allí.

La reconstrucción de los hechos sobre la que está trabajando la Policía apunta a un ajuste de cuentas o, más bien, al "castigo" infligido por la Camorra contra quienes no querían pagar el precio que exige esta organización criminal por vender droga en su territorio.

Por todo ello, el ministro del Interior, Roberto Maroni, no dudó en definir la situación como una declaración de "guerra civil" contra el Estado por parte de la Camorra.