MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
El asesinato de un colaborador humanitario de la ONU el pasado 6 de diciembre en el sur de Chad, a unos 500 kilómetros de las zonas de combates entre rebeldes y Ejército en el este del país, revela que también hay inseguridad en el resto de las regiones, según indicaron fuentes internacionales de seguridad a la agencia humanitaria de noticias de la ONU, IRIN
"Ciertamente, los civiles y los trabajadores humanitarios están expuestos a ataques en el este como consecuencia directa de los combates, pero hay otros grupos armados en el resto del país y abunda el bandidismo", declaró un responsable de seguridad a la agencia, que no citó su identidad.
El 90 por ciento de las acciones del Ejército se registran en el este, pero algunos informes indican que "algunos combatientes del este han huido a otras zonas, incrementando el nivel de inseguridad en todas partes", añadió.
En la capital, Yamena, el índice de crímenes es alto a causa de las bandas juveniles que atacan a la gente indiscriminadamente, prosiguió. El pasado mes de noviembre, un grupo armado no identificado interceptó un vehículo de una organización no gubernamental que circulaba por la principal avenida de la ciudad.