El clamor colectivo frente al cruel privilegio de la impunidad

Harvey Weinstein
REUTERS / MIKE BLAKE
Actualizado: sábado, 21 octubre 2017 8:30

NUEVA YORK, 21 Oct. (Por Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres) -

El dolor y el enfado de más de un millón de personas que han tuiteado #MeToo (#YoTambién) en la última semana ha llenado las redes sociales con historias personales de acoso sexual y abuso. Esta marcha virtual de solidaridad refleja tanto la urgencia de encontrar una voz compartida como una escala oculta de abusos que no se ha denunciado previamente. Cuando las mujeres son casi invisibles, cuando no se las ve realmente, parece que nadie se preocupa de lo que les ocurre.

Este clamor 'on line' es importante porque da voz a actos que son públicos, pero que quedan silenciados y neutralizados por costumbre. Es un privilegio cruel poder acosar a una niña o a una mujer con impunidad, pero en muchos casos es la norma. Lo que vemos actualmente, con las mujeres construyendo y reforzando las historias de otras y los hombres asumiendo su papel, es la confirmación de la necesidad de expresarse. Vemos también la fuerza de unos números que surgen de acumular experiencias individuales no declaradas.

Cuando la multitud hace de este relato su historia, vemos que comienza a surgir una imagen de la vida real. Crece una masa crítica que demuestra lo malo que es que alguien pueda actuar con impunidad en una cultura del silencio.

La ola 'on line' se une a otros movimientos masivos de activismo de mujeres que se expresan colectivamente: las marchas latinoamericanas 'ni una menos' para protestar contra la violencia contra las mujeres y especialmente contra las menos privilegiadas; las movilizaciones que tomaron las plazas de todo el mundo este año para apoyar los derechos y libertades de otras mujeres; y las marchas en Polonia e Irlanda contra la prohibición del aborto.

El velo del silencio también ha escondido a los responsables de asaltos contra la comunidad LGTBI y otras que son vulnerables por razones de etnia, pobreza o edad. Las mujeres son las más afectadas, las menos visibles y tienen más que ganar si suman la fuerza colectiva de sus voces para presionar y cambiar la cultura.

No en vano, fue Tarana Burke, una activista de Nueva York que ayuda a mujeres de color, quien originó 'me too', y su amiga Alyssa Milano lo recogió y se convirtió en catalizador para miles de millones de personas a las que ha llegado el mensaje.

LIBERTAD Y VISIBILIDAD

La participación plena y libre de las mujeres en la sociedad, en la política, en el lugar de trabajo es esencial para que se oigan sus voces y se respeten sus derechos. Cuantas más mujeres haya en altos cargos de representación en los sectores público y privado, más oportunidades habrá de cambiar la cultura de la invisibilidad y la impunidad, en la que los hombres pueden aprovecharse de las mujeres. El acoso sexual y otras formas de presión en el trabajo, en casa y fuera de ella no son aceptables y no pueden ser ignorados.

Hay que frenar la indiferencia causal y que la gente diga "no es nada". El número de hombres que se han unido a esta campaña es alentador, pero dista mucho de ser suficiente --el 30 por ciento según un informe--.

La ceguera consentida es norma desde hace demasiado tiempo. Esta iniciativa va tanto de mujeres como de hombres que cambian su perspectiva hacia los actos de agresión sexual y actúan de forma solidaria para hacerlos visibles e inaceptables. Los hombres buenos no se quedan como espectadores callados.

Necesitamos que todas las mujeres tengan la fuerza de hablar, que se respeten sus derechos y sus cuerpos, y que los comportamientos establecidos y arraigados como normales no dejen que nadie se libre de la culpa. Basta de impunidad.

Felicitamos a los miles de mujeres que han luchado contra todas las violaciones de los derechos de mujeres y niñas y reclamamos una inversión renovada en la lucha para terminar con todo tipo de violencia.

((Esta tribuna fue publicada originalmente en la página web de ONU Mujeres: http://www.unwomen.org/en/news/stories/2017/10/op-ed-ed-meto...))