Crónica Irán.- Lariyani asume su cargo de presidente del Parlamento con la esperanza de acercar relaciones con Occidente

Actualizado: domingo, 1 junio 2008 18:19

El ex negociador iraní se presenta como abanderado del conservadurismo moderado ante la agresiva postura de Ahmadineyad

NUEVA YORK, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un viejo conocido de la política internacional regresó esta semana a la escena por todo lo alto. Alí Lariyani, antiguo portavoz iraní en las negociaciones multilaterales sobre el cuestionado programa nuclear de Teherán, fue confirmado hoy presidente del Parlamento de Irán (el Majlis), donde promete dar muestras continuas de actividad y moderar la línea de la Cámara Baja en relación a un posible acercamiento con Occidente, ante lo que podría ser un indicio más del declive del presidente Mahmud Ahmadineyad al frente de la república islámica, y con quien Lariyani expresó sus diferencias antes de abandonar su cargo como representante del país en las conversaciones con la comunidad internacional sobre el proyecto de enriquecimiento de uranio iraní.

La primera intervención de Lariyani ante el Parlamento no suscitaba, sin embargo, señales de aproximación con la comunidad internacional, criticando la "interferencia estadounidense" en las relaciones entre Irán y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) en el marco de su programa nuclear, llegando a anticipar una "nueva línea de cooperación --mucho menos cordial que la mantenida hasta ahora-- con la organización internacional" de seguir esta tendencia. La puesta de largo de Lariyani fue interrumpida por rotundos aplausos y gritos entre los legisladores de "¡Alá es Grande!" o "¡Muerte a América!".

Sin embargo, su antiguo homólogo negociador por la Unión Europea, Javier Solana, fue uno de los primeros en felicitarle por teléfono. Y según analistas consultados por el magazín estadounidense 'Time', es muy posible que debajo de estas "bravuconadas" se esconda un hombre que represente "una aproximación mucho más pragmática" en las relaciones internacionales.

Así, el Parlamento iraní confirmó hoy al ex negociador iraní al frente de la cámara (o Majlis) tras recibir la aprobación de 237 de los 259 votos presentados en la sesión, según informó la agencia oficial iraní, IRNA. El nuevo presidente tiene previsto iniciar el próximo martes la primera sesión parlamentaria bajo su presidencia reconocida oficialmente.

La orientación política de Lariyani --quien sigue manteniendo buenas relaciones con destacadas figuras europeas de la política internacional, como el Alto Representante de la PESC, Javier Solana--, se inserta dentro de los llamados "principalistas": conservadores afines a los preceptos teocráticos de la Revolución Islámica pero que conforman un grupo variado donde tienen cabida voces en contra lo que consideran una postura demasiado agresiva del presidente iraní en política económica y de seguridad exterior.

CENTRO DINÁMICO DE PODER

El "impactante" regreso de Lariyani al centro de la política iraní aclara, según 'Time' dos puntos: que el poder de Ahmadineyad ha disminuido, y que la carrera para las elecciones presidenciales de 2009 está "abierta de par en par". Lariyani llegó al poder gracias a 232 votos a favor y la cooperación de su rival, antiguo presidente del Parlamento, y estrecho colaborador de Ahmadineyad, Gholamali Haddad Adel, al que convenció para abandonar la carrera parlamentaria.

"Vais a ver a Lariyani como un presidente confiado y muy activo", señaló un analista de Teherán a 'Time'. Su regreso subraya la cada vez mayor fragilidad de la autoridad del presidente, que hace un año había obligado a Lariyani a abandonar su cargo de negociador y secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional sin mayores repercusiones o críticas.

Para el analista Azar Mansuri, "la diferencia entre ricos y pobres en Irán se ha hecho más grande, y cada vez son más las críticas contra el Gobierno". Así, Ahmadineyad ha alienado a muchos de sus partidarios por culpa de su arrogante estilo personal en las políticas económicas y de exteriores.

Mientras, Lariyani, a pesar de su retórica, es considerado como un pragmatista y centro dinámico de poder, cuya carrera abarca desde una antigua cartera en el Ministerio de Cultura, la dirección de la televisión estatal iraní, hasta diversos cargos en ámbitos de seguridad nacional.

ELECCIONES

No obstante, es muy posible que Ahmadineyad rechace la posibilidad de presentarse a las presidenciales de 2009. "Puede ser que (Lariyani) comprenda que tiene poca posibilidad de ser elegido como presidente, y por ello prefiere ejercer su influencia en calidad jefe de una de las ramas del Ejecutivo", añadió otro analista.

Más un intelectual que un político, Lariyani --que escribió una tésis doctoral sobre filosofía alemana-- obtuvo un pobre resultado en las elecciones de 2005 que llevaron al poder a Ahmadineyad. No obstante, se aventura con la posibilidad de que el presidente pueda enfrentarse con un rival del mismo corte que el del actual presidente del Parlamento. Quizás pudiera ser el alcalde de Teherán, Mohamed Baqer Qalibaf, que en repetidas ocasiones ha criticado al presidente iraní por su equívoco manejo de la economía iraní.

Ahmadineyad parece reconocer el cambio de los tiempos. El presidente ha dejado caer que prefería a su rival sobre Haddad Adel, admitiendo la renovación parlamentaria, pero consciente --como prácticamente todos los actores políticos en el país-- que detrás de todo el entramado se encuentra el Líder Supremo de la Revolución Iraní: el Gran Ayatolá Alí Jamenei.

DIVIDE Y VENCERÁS

Como todos los altos nombramientos públicos, el de Lariyani ha sido aprobado personalmente por Jamenei, un hombre que en el terreno político siempre ha apostado por la táctica "divide y vencerás": la lucha entre reformistas y conservadores ha concluido con la aplastante victoria de los segundos, por lo que es necesario designar a un hombre que equilibre la política presidencial como es Lariyani.

Esto no significa que el líder supremo deje de apoyar a Ahmadineyad, con quien mantiene una fuerte afinidad ideológica, y al que le concedió un apoyo sin precedentes durante las últimas elecciones parlamentarias.

Su táctica consistiría en apostar por los dos candidatos para terminar inclinándose por su favorito antes de las elecciones presidenciales del próximo mes de abril, un momento en el que el camino del país en sus relaciones internacionales podría adquirir un rumbo diferente.