Crónica R.Unido.- Los transportistas dan a Brown una semana para reducir la presión fiscal por la subida del petróleo

Actualizado: martes, 27 mayo 2008 18:45

Aseguran que sólo con un recorte de unos 32 céntimos por litro podrán mantener la competitividad y amenazan con acciones más drásticas

LONDRES, 27 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán) -

Los cientos de transportistas convocados hoy a una protesta masiva en Reino Unido por el alza del precio de los hidrocarburos llegaron hasta la residencia oficial del primer ministro, Gordon Brown, para entregar personalmente una demanda en la que exigen garantías de una reducción de la presión impositiva que evite la adopción de medidas más drásticas, como el bloqueo de refinerías o puertos.

Dos representantes del colectivo se encargaron de asegurar que las demandas llegaban hasta el número 10 de Downing Street tras una marcha iniciada a primera hora de la mañana por cientos de camiones que provocaron severos problemas de circulación en algunas de las principales vías, especialmente las de acceso a Londres, que no obstante podrían verse superadas por las acciones que están dispuestos a adoptar en caso de no obtener compromisos firmes.

Según confesó a la BBC uno de los promotores desplazados a Gales, el Gobierno tiene una semana para demostrar su disposición a recortar la carga tributaria en torno a 26 y 34 céntimos de euro por litro si quiere impedir el bloqueo de las bases de suministro de hidrocarburos de las islas, mientras que, desde el exterior de la residencia oficial, uno de los portavoces justificó ante los medios de comunicación las acciones adoptadas en base a la "desesperación" desencadenada por el incremento del petróleo, que ha llegado a doblar el precio de hace tres años.

Al respecto, denunció la actitud mantenida por el Ejecutivo ante la nueva situación, en la que mantiene la mayor presión fiscal sobre los hidrocarburos de la Unión Europea, y criticó que Reino Unido sea el único miembro de los Veintisiete que mantiene las mismas cargas impositivas tanto sobre el petróleo como sobre el diésel. Así, definió a este último como "la sangre que da vida a todos los países", puesto que afecta a todos los bienes adquiridos por los ciudadanos de modo que, de no mediar, los efectos sobre el sector del transporte llevarán a una subida de la inflación que se puede convertir en insostenible.

En consecuencia, demandó una reducción de unos 32 céntimos de euro (24 peniques) para situar las condiciones de las islas "en la media europea" y el abandono de los 2,6 céntimos adicionales que el Ejecutivo prevé aplicar vía impositiva a partir del 1 de octubre para los vehículos más contaminantes, entre los que se incluyen los camiones de alto tonelaje que esta jornada monopolizaron las protestas.

CUESTIÓN DE DINERO

Según él, la reducción de la presión sobre los hidrocarburos es la única posibilidad que podrá evitar la deslocalización de las empresas y mantener la competitividad respecto a los competidores extranjeros. "El Gobierno puede hacerlo, tiene el dinero", subrayó en su declaración en el exterior de la residencia oficial, en la que se mostró convencido de que el Estado tiene la capacidad de "reducir la presión".

En este sentido, la llegada a Downing Street se produjo tras una caravana kilométrica de cientos de camiones en autopistas con un notable nivel de tráfico habitual que se vieron hoy colapsadas por una protesta que surge como un "mensaje" al Ejecutivo para que acceda a la devolución de determinados impuestos a partir del establecimiento de la figura del "usuario imprescindible".

La iniciativa partió de la carretera M2 de Kent y otros puntos de la geografía de Reino Unido en dirección al centro de la capital y se produjo en paralelo a otra convocada en Gales, donde un centenar de tráilers cubrieron un recorrido de más de 100 kilómetros entre Cross Hands hasta Cardiff. Los conductores fueron advertidos de las importantes retenciones, que llevaron al cierre de alguna de las principales vías, como la A40 que conecta con el este de Londres.

Así, los cientos de participantes en la protesta llegaron finalmente por una de las arterias de acceso a la ciudad, la M25, hasta la avenida de Whitehall, donde se encuentra la base de la mayoría de los ministerios del Gobierno británico y que desemboca en Westminster, sede de las dos Cámaras del Parlamento.

SESION EN EL PARLAMENTO

Previamente, las reivindicaciones de los transportistas encontraron eco en un grupo de parlamentarios que ya han presentado una moción en la Cámara de los Comunes para pedir al Gobierno que reconsidere la carga impositiva que pretende aplicar desde el 1 de octubre y que ha llevado al titular del Tesoro, Alistair Darling, a fijar para la próxima semana una reunión con sus promotores para evaluar una decisión que, según confesó a la BBC la presidenta de la Comisión de Transportes, Louise Ellman, debería "dejarse claro desde ya que no va adelante".

En este sentido, la presión sobre el Gobierno ha aumentado desde que dio a conocer los planes de aumentar la carga impositiva para los vehículos registrados desde 2001 que emiten algos niveles de gases a la atmósfera, ya que, según las previsiones, sus propietarios podrían tener que enfrentarse a incrementos de unos 230 euros que impactarían, además, de forma más severa en los conductores de menores recursos.

Aparte, los parlamentarios contrarios a la propuesta la consideran "injusta" con aquellos que en su día adquirieron sus coches ignorantes de las consecuencias fiscales que conllevarían en el futuro, si bien la responsable de Medio Ambiente, Joan Ruddock, ha advertido ya de que el Ejecutivo "no puede perder la vista de la agenda ambiental".

Con todo, otros miembros del Gabinete como el titular de Negocios, John Hutton, asumieron la necesidad de "escuchar lo que la gente dice sobre la eliminación de las cargas sobre los vehículos". "Estamos intentando mantener el balance correcto entre estimular las opciones que tiendan a respetar el medio ambiente sin golpear a la gente", justificó.