La enviada de la ONU pide al Consejo de Seguridad que imponga sanciones a Séléka

Actualizado: jueves, 16 mayo 2013 19:22

WASHINGTON, 16 May. (Reuters/EP) -

La jefa de la oficina de paz de la ONU en la República Centroafricana (BINUCA), Margaret Vogt, ha instado al Consejo de Seguridad de la ONU a que imponga sanciones a los rebeldes de la alianza Séléka acusados de graves violaciones de Derechos Humanos, entre las que se incluyen violaciones, mutilaciones, reclutamiento de niños soldados y matrimonios forzosos.

Además, Vogt ha instado al Consejo a que despliegue una fuerza de seguridad neutral en el terreno para "contener el actual estado de anarquía" en el lugar donde los rebeldes de la alianza Séléka tomaron el poder el 24 de marzo con el objetivo de derrocar al presidente, François Bozizé.

"Los abusos y violaciones cometidos por la Alianza Séléka y otros agentes armados son motivo de gran preocupación para la protección de los civiles", ha declarado. "Ha llegado el momento de que el Consejo considere la imposición de sanciones individuales contra los artífices y autores de las graves violaciones", ha proseguido.

La enviada especial de la ONU ha subrayado en un comunicado que la seguridad se ha desintegrado y que la República Centroafricana (RCA) "se ha convertido en un estado de anarquía que no respeta el Derecho Internacional Humanitario". Para Vogt, es "una manera que tiene la Alianza Séléka de demostrar su venganza" contra la sociedad civil.

"Los frecuentes homicidios indiscriminados, las violaciones y agresiones contra la población inocente, el reclutamiento de niños como soldados o el saqueo de las viviendas, es algo contra lo que la población está luchando", ha añadido.

Asimismo, el país parece haberse convertido en un refugio seguro para las diferentes fuerzas rebeldes extranjeras que pretenden explotar los recursos naturales, como los diamantes y el oro, ha continuado Vogt.

La diplomática ha afirmado que desde el pasado diciembre más de 49.000 refugiados han sido registrados en países vecinos, principalmente en la República Democrática del Congo (RDC), Chad, Camerún y República del Congo, mientras que otras 200.000 personas han tenido que abandonar sus hogares y establecerse en otros lugares del país.

Más de 800.000 personas, incluidos 57.000 niños menores de cinco años, en RCA están en riesgo de morir de hambre y al menos 656.000 niños no tienen acceso a educación, ha continuado.