MANILA, 27 Ene. (EP/AP) -
El presidente estadounidense, George W. Bush, felicitó ayer por teléfono a la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, por su fuerte liderazgo y por los éxitos de este país en la lucha contra las organizaciones terroristas vinculadas a Al Qaeda que operan en este país asiático, informó hoy el portavoz presidencial, Ignacio Bunye. Bush se comprometió además a seguir fomentando la cooperación bilateral antiterrorista.
El presidente norteamericano agradeció a Arroyo el apoyo de su país en la guerra contra el terrorismo y elogió las últimas operaciones militares contra Abu Sayyaf en las que murieron dos importantes dirigentes extremistas, añadió un portavoz del Consejo Nacional Estadounidense de Seguridad, Gordon Johndroe.
Bush mencionó el "fantástico liderazgo (de Arroyo) en el trato de aquellos que quieren hacer daño a nuestro pueblo y al vuestro"; y Arroyo elogió la cooperación entre ambos países, afirmó Bunye. "Sí, hay una cooperación fantástica y proseguiremos con ella", respondió el dirigente norteamericano.
El dirigente norteamericano destacó que Arroyo se encontrara entre los los principales líderes mundiales en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) y ella respondió que Bush también debería estar allí.
Arroyo es una de las más firmes aliadas de Bush en la lucha contra el terrorismo. Inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la presidenta filipina ofreció a Estados Unidos el espacio aéreo y los campamentos militares de su país para el uso de tropas estadounidenses.
El Ejército estadounidense presta ayuda de inteligencia, entrenamiento y armas al Ejército filipino e incluso ha evacuado soldados heridos en operaciones contra Abu Sayyaf en el sur de la isla de Jolo. Sin embargo, las autoridades de ambos países niegan que soldados estadounidenses participen en combates directos.
La semana pasada el Ejército filipino confirmó la muerte del líder de Abu Sayyaf, Jadaffy Janjalani, y su probable sucesor, Abu Sulaiman, en dos operaciones distintas desarrolladas en la isla de Jolo. Washington había ofrecido una recompensa de 5 millones de dólares (3,9 millones de euros) por cada uno de ellos.