BIELEFELD (ALEMANIA), 8 Mar. (DPA/EP) -
Las autoridades alemanas continuarán con las investigaciones sobre la muerte prematura de 21 trabajadores de una empresa alemana, a pesar de que un compañero ya ha sido condenado por envenenar sus bocadillos, porque cree que puede haber nuevos casos, según ha anunciado la Fiscalía alemana este viernes.
El hecho de que el acusado haya sido sentenciado con la mayor condena que permite la legislación alemana no significa que el caso esté cerrado, ha asegurado Veir Walter, el fiscal que investiga el caso en la ciudad alemana de Bielefeld.
"Seguimos con la investigación. Esto es solo una foto fija", ha explicado después de que el juez haya sentenciado este jueves a 'Klaus O.' a 15 años de prisión. Walter ha asegurado que si hay pruebas de más crímenes, en un nuevo juicio podría haber consecuencias que alargarían la condena de 'Klaus O'.
Los condenados a cadena perpetua en Alemania pueden reclamar la libertad condicional después de 15 años, pero una orden de detención preventiva puede imponer restricciones mayores para los prisioneros particularmente peligrosos.
Los 21 casos conocidos, algunos de los cuales se remontan al año 2000, corresponden a empleados de una empresa afincada en Schloss Holte-Stukenbrock y que perdieron la vida antes de jubilarse, principalmente por ataques cardiacos y cáncer.
El trabajador de 56 años se encuentra arrestado desde mayo como sospechoso de rociar con un polvo tóxico el bocadillo de un compañero. El detenido fue captado 'in fraganti' por las cámaras de seguridad después de que una tercera persona notase algo raro en su comida.
Los investigadores han encontrado productos químicos en casa del acusado, incluyendo acetato de plomo, cadmio y mercurio, además de evidencias en su ordenador que demuestran su interés por los químicos.
Dos de sus compañeros sufren graves daños renales y otro más tiene daños cerebrales y está en estado vegetativo.
'Klaus O' no habló durante el juicio y no comentó el veredicto.
