MADRID, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
La ONG Human Rights Watch ha denunciado la muerte de un adolescente australiano en una prisión de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), en el noreste de Siria, para sospechosos de pertenencia a la organización yihadista Estado Islámico, a la que el joven pertenecía "por obligación", según el grupo humanitario.
La muerte de Yusuf Zahab ha sido confirmada por la familia, según la ONG, que supo del joven por última vez cuando envió súplicas desesperadas de ayuda durante el gran asedio de Estado Islámico a la prisión de Al Sina, en la ciudad de Hasaka, en enero de 2022.
Según la familia, un responsable del Gobierno australiano había informado a los familiares el sábado de que Zahab, que habría cumplido 18 años en abril, había muerto por causas inciertas.
La familia confirmó que se enteró en enero de 2021 de que Zahab había contraído tuberculosis en una prisión superpoblada, dirigida por las FDS que retenía a sospechosos yihadistas.
"Trágicamente, la denuncia de la muerte del adolescente Yusuf Zahab no debería sorprender a Australia ni a otros gobiernos que han externalizado la responsabilidad de sus ciudadanos detenidos en condiciones terribles en el noreste de Siria", ha lamentado Letta Tayler, directora adjunta de crisis y conflictos de Human Rights Watch.
Según las cifras que baraja HRW, más de 41.000 extranjeros de docenas de países han sido retenidos desde al menos 2019 en "condiciones potencialmente mortales y, a menudo, inhumanas en campos y prisiones por las autoridades en el noreste de Siria".
De acuerdo con HRW la mayoría son niños menores de 12 años, y ninguno ha comparecido ante un tribunal para determinar la necesidad y legalidad de su detención.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) confirmó el 31 de enero que casi 500 empleados de prisiones, combatientes, civiles, atacantes de Estado Islámico y prisioneros murieron en la batalla para recuperar Al Sina.
El grupo armado no ha proporcionado desgloses sobre el número de detenidos muertos, heridos y desaparecidos a pesar de las consultas de los organismos de las Naciones Unidas, así como de Human Rights Watch (HRW), los medios de comunicación y grupos de ayuda.
