CALAIS 5 Sep. (Reuters/EP) -
Unos 200 inmigrantes ilegales recluidos en Calais (norte de Francia) han protagonizado una protesta para denunciar violencia policial y un empeoramiento de las condiciones humanitarias tras ser detenidos en un intento de abordar un ferry para llegar a Reino Unido.
Calais siempre ha sido uno de los focos más prominentes de inmigración ilegal al ser empleado como escala a Reino Unido, pero la crisis en Oriente Próximo y en el norte de África ha disparado la llegada de personas hasta un 50 por ciento más en los últimos meses, con la aparición de 1.300 desplazados.
A los gritos de "No a la violencia policial" o "¿Dónde están nuestros derechos humanos?", los inmigrantes han recorrido el centro de Calais para exigir el cese del acoso, si bien la Policía también ha acusado a los inmigrantes de perpetrar actos violentos y de presiones para responder a la situación.
"Llevo aquí solo unos pocos días pero ya he podido ver cosas inhumanas, a gente golpeada y acosada por la Policía", ha denunciado uno de los manifestantes, que no ha querido ser identificado.
La Policía, por su parte, se defiende. "El hecho es que los policías también somos objeto de actos violentos. Uno de nuestros colegas resultó herido el pasado sábado", ha declarado el agente Renaud Roussel, quien aprovechó para denunciar que "hay más un millar de inmigrantes y los agentes están bajo una gran presión para contener la situación".
Además, hay que tener en cuenta los enfrentamientos adicionales que están teniendo lugar en las calles de la ciudad entre bandas rivales de inmigrantes -- más de 50 resultaron heridos, uno de ellos en estado crítico, antes de firmar la paz -- lo que ha obligado a la alcaldesa de Calais a pedir a Reino Unido dinero para incrementar la seguridad en la zona.