BRUSELAS, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común en la Unión Europea, Javier Solana, lamentó hoy que "nunca" ha recibido "una respuesta" de las autoridades iraníes de qué quieren hacer con el uranio que están enriqueciendo en la actualidad, tras destacar que la única central nuclear del país, la de Busher, se alimenta con "el suministro de combustible de los rusos".
"El hecho es que Irán sólo puede construir un programa civil con la ayuda de Europa, Estados Unidos, Rusia o Japón. Ninguno de nosotros tenemos un problema con un programa civil iraní, y de hecho estamos ofreciéndoles ayuda, pero ninguno de nosotros lo haremos hasta que estemos seguros de que las intenciones de Irán son exclusivamente pacíficas", aseguró en su primera comparecencia ante la Eurocámara este año.
Reconoció que "lo más difícil" en el contencioso nuclear iraní será crear "confianza" en la comunidad internacional en torno a "las intenciones futuras" del régimen de los ayatolás. "Suponiendo que Irán tuviera un programa armamentístico en el pasado ¿Cómo podemos estar seguros de que su actividad actual de enriquecimiento es exclusivamente civil?", se preguntó el jefe de la diplomacia europea para quien "es algo difícil de creer cuando no se ven señas de que Irán vaya a firmar un contrato para construir una planta energética nuclear" con la excepción, dijo, de la que Rusia ha construido en Busher con "suministro de combustible (nuclear) ruso", recalcó.
En referencia al informe de la Inteligencia estadounidense sobre el cese del programa nuclear armamentístico iraní en 2003, Solana recordó que "lo que pararon fue las actividades de detonación" y no su programa de enriquecimiento de uranio. Además, recordó que Irán dispone de misiles de medio alcance (3.000 kilómetros) y "tienen material (nuclear) a su alcance" para vestirlos.
A su juicio, garantizar la transparencia del programa atómico de Irán requerirá que "ratifique y aplique el Protocolo adicional" del Tratado de No Proliferación Nuclear que permite las inspecciones sin previo aviso por parte de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Asimismo, Solana consideró que el hecho de que Irán esté trabajado con la AIEA para "tratar las cuestiones pendientes" de resolver relativas a sus actividades pasadas "no proporcionará la transparencia sobre las actividades actuales de Irán ni sobre sus intenciones futuras".
"La cooperación con el AIEA es fundamental, hemos presionado para ello. Pero no es suficiente para resolver cuestiones pendientes del pasado que nunca se han explicado", añadió. Por ello, Bruselas apuesta por la "doble estrategia" que combina "mantener los canales de comunicación abiertos" con Irán y "la ruta a Nueva York".
Ante el "fracaso" de las negociaciones entre Bruselas y Teherán para aclarar la naturaleza civil del programa atómico iraní, Solana justificó "el trabajo que se está desarrollando en Nueva York para una nueva resolución" del Consejo de Seguridad de la ONU que refuerce las sanciones contra Irán.
Su objetivo, subrayó, "no es perjudicar a la población iraní", sino "persuadir (a Irán) de regresar a la mesa de negociaciones, cuanto antes mejor", algo sobre lo que aseguró tanto la UE como los miembros permanentes del Consejo de Seguridad -Estados Unidos, Reino Unidos, Francia, Rusia y China-- "están unidos".
BANCO INTERNACIONAL DE COMBUSTIBLE NUCLEAR
Solana defendió de nuevo "hacer realidad" la idea de crear un banco internacional que garantice el suministro de combustible nuclear ya que, a su juicio, "en un mundo cada vez más interesado en la energía nuclear, hay que encontrar vías para garantizar a los países que pueden obtener combustible nuclear sin tener que enriquecer ellos mismos, algo que resulta muy caro para ellos y crea preocupaciones sobre la proliferación (nuclear)".
"Si Irán desarrollará un arma (nuclear) sería causa de gran inestabilidad y peligro en Oriente Próximo" porque "sólo la sospecha de que Irán persigue el arma nuclear puede desestabilizar" la región, aseguró Solana.
A pesar de considerar a Irán como "un actor desestabilizador" en Oriente Próximo que suministra armas al partido islámico palestino Hamás o al libanés Hezbolá, el Alto Representante defendió la necesidad de "trabajar" con a Teherán en la región a pesar de las diferencias manifiestas entre ambos.
"Nosotros queremos una solución de dos Estados" en Oriente Próximo e Irán no", lamentó Solana, tras recalcar que se trata de una propuesta que defienden todos los países de la Liga Árabe y que Irán "sigue siendo el único país de Oriente Próximo que no acepta la idea de una solución de dos Estados".
Asimismo, Solana criticó que Irán sea "el proveedor fundamental de armas a Hamás" y también "el más importante" de Hezbolá en Líbano, donde juega a su juicio "un papel desestabilizador". Pero también por el hecho de "trabajar con grupos que persiguen la violencia en Irak", actividades que para la Unión Europea le convierten "en un actor problemático en Oriente Próximo", aunque no obstante recordó "periodos de cooperación" con Irán en Afganistán, recordó.
DEMOCRACIA IMPERFECTA
Solana reconoció que a pesar de que en Irán "hay elementos de una democracia que no están presentes en ningún otro país de Oriente Próximo", subrayó que la de Irán "es una democracia imperfecta". Prueba de ello, lamentó, es que "el 30% de los candidatos (a las elecciones parlamentarias de marzo en Irán) han sido descalificados", en su mayoría candidatos considerados "reformistas" por el régimen de los ayatolás.
El jefe de la diplomacia europea consideró que los eurodiputados "tienen todo el derecho a estar preocupados por el Estado de Derecho y el respeto por los Derechos Humanos" en Irán y tildó de "inaceptable" que Irán haya incrementado el número de ejecuciones y ocupe los últimos puestos en libertad de prensa.
Lamentó que desde 2004, "Irán ha rechazado participar en un diálogo sobre Derechos Humanos" que mantenía con la Unión Europea, algo que no permite desarrollar otros campos de "interés común" como el energético, la lucha contra el tráfico de drogas y contra el terrorismo.
Por su parte, la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, subrayó ante el hemiciclo que la Unión Europea no podrá reanudar las negociaciones para firmar un acuerdo comercial y de cooperación con Teherán "hasta que no haya voluntad política" por parte de Irán para resolver el contencioso iraní, algo que trasladó en persona al nuevo negociador iraní, Saed Jalili.