MOSCU, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha denunciado este jueves que hay extranjeros detrás de las violentas protestas que se registraron en Minsk tras las elecciones presidenciales del pasado 19 de diciembre en las que resultó reelegido para un cuarto mandato.
Más de 600 personas, entre ellas once rusos, fueron detenidos tras las protestas, en las que la oposición denunció un supuesto fraude por parte de Lukashenko. La Policía dispersó a los manifestantes cuando estos intentaron asaltar el Parlamento tras anunciarse el resultado de los comicios.
"Ciertas personas, organizaciones y grandes sumas de dinero, no de nuestro país, les respaldaron", ha señalado Lukashenko en referencia a los ex candidatos presidenciales detenidos durante las protestas.
Precisamente ayer se presentaron cargos por organizar desórdenes masivos contra el poeta Vladimir Nekliayev, el ex viceministro de Asuntos Exteriores Andrei Sannikov, el líder del Partido Cristiano Demócrata Rimashevski Vitali y el jefe del Partido Socialdemócrata, Nikolai Statkevich.
Según el presidente bielorruso, las protestas podrían haber desencadenado una revolución y un golpe de Estado. "Uno no se puede imaginar que un puñado de descastados hubieran capturado el país (...). Nos podríamos haber despertado (tras los disturbios) en un país diferente", ha subrayado, según informa la agencia RIA Novosti.
Lukashenko ha asegurado que el principal logro de 2010 ha sido que el Gobierno y la Policía han conseguido defender y salvar a Bielorrusia de la oposición. "Ni Rusia, ni Polonia, ni Alemania necesitan a Bielorrusia", ha afirmado, añadiendo que "nadie necesita a un Estado que se erige a sí mismo de forma exitosa y soberana".
Por otra parte, ha reiterado una vez más su disposición a cooperar con Occidente. "Si están dispuestos a ver a Bierlorrusia en el centro de Europa, entonces Bielorrusia está dispuesta a cooperar, pero si están buscando una razón para mantener la confrontación, siempre habrá una razón", ha señalado.
Por último, Lukashenko ha criticado a los observadores internacionales presentes en las elecciones. Según él, los observadores "vinieron a Bielorrusia con su valoración escrita de antemano". "Yo leí este texto un mes antes de las elecciones", ha afirmado, insistiendo en que los comicios fueron acordes a la legislación bielorrusa y rechazando que hubiera "maltrato a la oposición".
