NAIROBI, 9 Abr. (Reuters/EP) -
La oposición keniana anunció ayer la suspensión de las negociaciones con el partido del presidente Mwai Kibaki, el Partido de Unión Nacional (PNU), para formar el gobierno de coalición, mientras la Policía disolvía con gases lacrimógenos las protestas en Nairobi que reclamaban un acuerdo.
Kibaki y el primer ministro, Raila Odinga, se culparon el lunes mutuamente del punto muerto al que han llegado las negociaciones para formar gobierno. El nuevo gabinete estaría formado por 40 ministerios y cada uno de los partidos de los dos líderes políticos obtendrán 20, pero no se han puesto de acuerdo sobre cinco carteras: Gobernación, Asuntos Exteriores, Gabinete, Transportes y Energía.
"Hemos decidido que las negociaciones... sean suspendidas hasta que (el partido de Kibaki) reconozca completamente el convenio de reparto del poder al 50 por ciento y el principio de equilibrio", explicó en rueda de prensa Anyang Nyongo, secretario general del Movimiento Democrático Naranja (ODM), el partido de Odinga.
Mientras tanto, decenas de personas se manifestaban en el barrio de Kibera, en la capital, en las mayores protestas que se celebran en Kenia desde que Kibaki y Odinga llegaron a un acuerdo para compartir el poder a finales de febrero tras dos meses de crisis que causó la muerte de 1.200 personas y unas 350.000 tuvieron que huir de sus hogares.
"La gente está incendiando neumáticos y disparando. La Policía está lanzando gases lacrimógenos y también haciendo disparos al aire... Creo que hay más de 100 manifestantes", indicó un testigo.
Odinga ya había señalado que estaba dispuesto a discutir de nuevo las condiciones de gobierno una vez que se aclarara la cuestión de los cinco ministerios en disputa. Por su parte, Kibaki había afirmado que su intención era concluir el proceso de nombramiento de un gabinete lo más pronto posible.
Duncan Kimani, un responsable del Banco de África Kenia, dijo que espera que el enfrentamiento político no acabe en la necesidad de una nueva convocatoria de elecciones. "El país ya ha sufrido bastante (...), por lo que prolongar el punto muerto significa incluso que el objetivo del cuatro o el cinco por ciento de crecimiento no va a ser alcanzable", opinó.
Por su parte, la cooperante Wangui Mbatia, que trabaja con familias desplazadas por la violencia postelectoral, explicó que muchos kenianos temen que las dos partes estén más centradas en conseguir el control de las carteras más lucrativas.
