WASHINGTON, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Estados Unidos ha reiterado este viernes su rechazo al anuncio del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, de acudir ante la Asamblea General de Naciones Unidas para intentar conseguir el incremento del estatus de Palestina en el organismo y ha recordado que su postura sigue sin variaciones y que vetará el intento en caso de que llegue al Consejo de Seguridad de la ONU.
"Nuestro comentario no es diferente del que hemos estado haciendo desde hace más de un años. Una acción para avanzar en Naciones Unidas no van a acercar al pueblo palestino a un Estado. Solo las negociaciones pueden hacer eso, y estamos preocupados ante la posibilidad de que se creen nuevas tensiones y sea más difícil", ha dicho la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
Tras ver frustrada su petición del año pasado de reconocimiento como estado miembro en el Consejo de Seguridad de la ONU, los palestinos han optado ahora por rebajar su petición y solicitar su estatus de "estado observador" ante la Asamblea General, el mismo que tiene actualmente el Vaticano.
Responsables palestinos han afirmado que pueden contar con unos 115 votos a favor, principalmente de países árabes, africanos, latinoamericanos y asiáticos, y que esperan unos 22 votos en contra, con Estados Unidos a la cabeza, así como 56 abstenciones. La Asamblea General está constituida por 193 estados.
Altos responsables palestinos han estado haciendo campaña en todo el mundo a favor de su iniciativa, incluido un encuentro el pasado fin de semana en París con el presidente francés, François Hollande.
Israel y Estados Unidos han criticado duramente la iniciativa palestina, argumentando que estos pasos unilaterales son una violación de los acuerdos de paz de Oslo de 1993. Aunque Tel Aviv cuenta con perder esta votación, confía en que al menos los principales países occidentales voten en contra o, en el peor de los casos, se abstengan.
Se espera que la votación se celebre el 15 o el 29 de noviembre. Fuentes palestinas afirman que la primera fecha es más probable porque está más cerca de las elecciones presidenciales estadounidenses, el 6 de noviembre, lo que da a Washington menos tiempo para llevar a cabo una campaña de presión.
