Paisley abandona el poder tras un "exitoso" primer año de gobierno y décadas de activismo unionista

Reuters
Actualizado: viernes, 30 mayo 2008 20:30


LONDRES, 30 May. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro de Irlanda del Norte, Ian Paisley, abandona este fin de semana la primera línea política que ha ocupado durante décadas con la renuncia al liderazgo del Partido Unionista Democrático (DUP, en sus siglas en inglés), desde el que luchó por el mantenimiento de la unión del Ulster con el Reino Unido, y con la inminente salida el próximo jueves del Gobierno autónomo, que ha encabezado durante un año "exitoso" a pesar de las diferencias que aún mantiene con sus socios de coalición republicanos.

Su renuncia certifica la conclusión de una era política que fue testigo del final de la violencia del IRA gracias a los Acuerdos de Viernes Santo, a los que se opuso inicialmente el propio DUP. Posteriormente, el partido de Paisley fue matizando levemente su postura hasta permitir culminar el Ejecutivo de unidad con el que Belfast cuenta desde el 8 de mayo de 2007.

Así, tras la marcha de algunos de los principales protagonistas del proceso, como el por entonces primer ministro británico, Tony Blair, o el de Irlanda, Bertie Ahern, es el turno de Paisley, quien a los 82 años aspira a asumir un rol de representación diplomática de Irlanda del Norte.

No obstante, antes de dejar el cargo, el reverendo aprovechó para hacer balance de su trayectoria y las circunstancias que deja tras décadas de conflicto, finalmente resuelto bajo la forma de un acuerdo de unidad con sus eternos enemigos, los republicanos católicos del Sinn Fein, partidarios de la reunificación política de toda la isla de Irlanda.

La apuesta por la reunificación ha sido combatida por Paisley a lo largo de su carrera política de más de cuatro décadas e incluso doce meses después de trabajar estrechamente con el viceprimer ministro, Martin McGuinness, número dos del Sinn Fein y ex dirigente del IRA, con el que confiesa no haberse dado un apretón de manos pese al tiempo compartido como compañeros de Gabinete, ya que ambos apostaron por dejar hasta el final su relación "en el estricto plano profesional".

HOMENAJES

Paisley se prepara para los diversos homenajes que recibirá con motivo de su marcha y que comenzarán esta misma noche con una cena oficiada por el DUP a la que se prevé la asistencia de 350 personas, previo pago de 130 euros el cubierto. Mañana, el que fuera su delfín durante tres décadas, Peter Robinson, asumirá el líderazgo del partido para, ya el jueves, cambiar la cartera de Finanzas que ha desempeñado en el último año por el cargo de primer ministro.

Este relevo marcará también el propio futuro de McGuinness, que deberá ser confirmado en su cargo por el nuevo titular del Ejecutivo, tras un año de trabajo conjunto que, según explicó en las entrevistas concedidas con motivo de su retirada, Paisley inició con una declaración de intenciones al ex dirigente del IRA: "Tenemos trabajo que hacer, no me gustas y no te gusto y nunca habíamos hablado antes".

Un punto de partida tras el que "nunca ha habido un apretón de manos". "No creo en ellos", añadió. Por ello, ambos políticos estuvieron de acuerdo en "hacer lo mejor, luchar para intentarlo y tomar las decisiones que se han tomado para poder vivir todos juntos, si no amándonos". "Y es lo que hicimos y creo que ha sido muy exitoso", mantuvo, gracias, sobre todo, "a la actitud de la gente".

GRAN UNIDAD

Paisley destacó que los católicos y los protestantes "nunca han estado tan juntos como lo están hoy, diciendo 'no más días malos, no más asesinatos'", y celebró la continuación de este camino como "lo más grande". "Hay una gran unidad", consideró, pese a las críticas que lo acusan de haber renunciado a los postulados que defendió desde 1971, cuando se puso al frente del partido más radical contra las ansias autonomistas del Ulster. "Me río de ello", aseguró el veterano político, tradicional enemigo del catolicismo y de reformas como las promovidas para reconocer los derechos de los homosexuales.

No obstante, a punto de salir del poder aprovechó para apuntar que, en el futuro, no debería haber necesidad de dos grandes partidos unionistas y, pese a asumir las dificultades de una fusión del DUP con el Partido Unionista del Ulster, consideró que ambas formaciones deberían colaborar en las campañas electorales para intentar potenciar al máximo las opciones de la apuesta unionista.

En cuanto al futuro del Gobierno tras su salida de Stormont, como se conoce al Parlamento del Ulster, confió en la promoción de una "nueva marca" en la que Robinson materialice "su propia forma" de gestionar. "No querría que fuese de otra manera, no quiero que sea una versión de mí, quiero que sea él mismo", añadió, tras lo que deseó cambios a partir de la entrada de nuevas generaciones en las instituciones, especialmente en las locales que se establezcan a partir del rediseño de fronteras del Ulster previsto para 2011.