PARÍS, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, descartó la posibilidad de que Naciones Unidas realice una investigación sobre el asesinato, el pasado mes, de la ex primera ministra Benazir Bhutto, a pesar de que así lo exige el partido de la fallecida ya que, argumentó Musharraf, se trata de "un simple asesinato" en el que "no está implicado otro país", por lo que pidió que no se compare Pakistán con el caso de Líbano.
En una entrevista al diario francés 'Le Figaro' que será publicada en la edición del sábado, el presidente paquistaní asegura que su país cuenta con las instituciones necesarias para la investigación y que, en todo caso, podrá "contar con la ayuda de Scotland Yard". Además, dijo "esperar" que el resultado de la investigación por el atentado suicida que costó la vida de la candidata del Partido del Pueblo de Pakistán (PKK) se conozca antes de la celebración de elecciones.
El líder paquistaní asume que temía por la seguridad de Benazir Bhutto en Pakistán y que por esa razón pidió que no regresara de su exilio antes de la celebración de las elecciones, previstas para el 8 de enero y finalmente aplazadas hasta el 18 de febrero por el atentado que costó la vida a Bhutto. "Los terroristas buscan todas las oportunidades para sembrar el desorden", aseguró.
ELECCIONES "PASE LO QUE PASE"
A pesar de las acciones terroristas en el país, las elecciones presidenciales se celebrarán, "pase lo que pase", el próximo 18 de febrero. "Las elecciones son necesarias", subrayó Musharraf, para "no seguir el juego de los terroristas" que tratan de descarrilar el proceso económico y democrático del país con sus acciones.
Pakistán ha tomado "todas las precauciones para evitar el fraude", aseguró Musharraf ante la pregunta de 'Le Figaro' sobre las garantías que existen para evitar que los comicios sean manipulados. "Lo que me preocupa no es que las elecciones sean manipuladas, sino que lo afirme la oposición", ya que, argumentó, "es una costumbre en Pakistán: si gana la oposición, no hay problema, si pierde, denuncia un fraude".
LUCHA CONTRA EL EXTREMISMO
Musharraf acusó a los terroristas de Al Qaeda y a los extremistas de "sembrar el desorden" y de "desanimar a la población" con sus acciones violentas, si bien negó que tengan el poder para desestabilizar el país. "Pakistán no está al borde de la desintegración", y, además, los extremistas "no cuentan con el apoyo del pueblo", zanjó.
El pueblo paquistaní no quiere ni a los extremistas ni a los terroristas, porque no "comparte sus concepciones limitadas y arcaicas de la religión". Por ello, la lucha de Pakistán contra el terrorismo no se lleva a cabo para complacer a Estados Unidos, sino que se trata de "nuestra propia guerra".
En este sentido, Musharraf negó haber recibido críticas desde Washington por no estar haciendo lo suficiente por acabar con el terrorismo y acusó a los medios de "difundir" estas informaciones que, aseguró, "no reflejan la línea oficial". El presidente paquistaní aseguró no haber recibido ningún reproche al respecto.
Finalmente, Musharraf señaló la democracia como la vía que "debemos seguir", pero señaló que "ningún país del mundo fue dotado con la democracia desde su creación". "Pakistán alcanzará la democracia, pero lo hará a su ritmo", aseguró, al tiempo que advirtió de que "Occidente no puede imponernos su manera de pensar".