AMAN, 1 Abr. (Reuters/EP) -
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, dijo ayer que las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos van por el "buen camino", por lo que apuntó a la posibilidad de que a finales de este año se haya alcanzado un acuerdo. Sin embargo, exigió a Israel el cese de la contrucción de asentamientos judíos en territorio palestino.
"Debo decir que considero muy impresionante el trabajo que se está haciendo y la seriedad del proceso, y creo que todo está yendo en la dirección correcta", aseguró Rice en rueda de prensa con el presidente palestino, Mahmud Abbas, en Jordania.
Respecto a la posibilidad de que se llegue a un acuerdo antes de que Bush abandone su cargo, el próximo enero, Rice afirmó: "Creo plenamente que es un objetivo que podemos alcanzar". Abbas también manifestó su confianza en que, a pesar de las diferencias que mantiene con el Gobierno israelí acerca de cuál debe ser el resultado de las negociaciones, finalmente habrá un acuerdo de paz en 2008.
"Confío en que, si Dios quiere, alcanzaremos una paz amplia en 2008. Nosotros, los israelíes y los americanos, y todas las partes concernidas en la región estamos trabajando para conseguirlo", indicó.
Fuentes oficiales israelíes explicaron que la finalidad de las conversaciones es lograr un entendimiento respecto a la forma y la estructura del futuro Estado palestino más que conseguir este año un acuerdo de paz amplio que posteriormente se pondría en práctica.
CESE DE LA CONSTRUCCIÓN DE ASENTAMIENTOS
A pesar de que a Estados Unidos le preocupa que la construcción de asentamientos judíos pueda descarrilar los esfuerzos por la paz, el municipio de Jerusalén reveló hoy un plan para construir 600 viviendas en Pisgat Zeev, una colonia ubicada en una zona de la Cisjordania ocupada que Israel considera parte de la ciudad.
Rice reiteró la postura de Washington, que, según aseveró, mantiene que la construcción de asentamientos "debería parar, que su expansión debería parar". Además, recordó que "no es coherente con las obligaciones de la 'Hoja de Ruta'". Ésta establece que Israel debe congelar este tipo de actividades y que el Gobierno palestino tiene que controlar a los milicianos.
Israel amplió las fronteras de Jerusalén tras hacerse con la parte oriental de la ciudad en la guerra de 1967. Aunque los israelíes consideran que Jerusalén es su capital, los palestinos reclaman Jerusalén Este como capital de su futuro Estado.
