La ex primera dama asegura en sus memorias que su marido concurrió a un tercer mandato para priorizar la política interna tras Irak
LONDRES, 10 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán) -
El ex primer ministro británico Tony Blair emplea sus diez años de experiencia al frente del Ejecutivo británico para asesorar a su sucesor, Gordon Brown, acerca de cómo superar la crisis en la que actualmente se haya sumido su liderazgo cuando no se han cumplido doces meses desde que se mudó al número 10 de Downing Street y lograr revalidar el cuarto mandato consecutivo para los laboristas en las generales previstas para 2010.
Así lo ha revelado su propia esposa, Cherie Blair, en el adelanto de sus memorias 'Hablando por mí misma' que publica desde hoy de forma serializada el diario 'The Times', en las que asegura, además, que el actual mediador de paz para Oriente Próximo hubiese renunciado al cargo ya en 2005 si el por entonces ministro del Tesoro hubiese estado preparado para acometer las reformas de los servicios públicos previstas por su marido.
Cherie, conocida en Reino Unido por su falta de sintonía con Brown, asegura que el "problema" entre ella y el político escocés "no es nada personal" y que los encontronazos que se hubiesen podido haber producido en el pasado entre ambos se debieron a su convencimiento de que Blair era "la persona ideal" para la responsabilidad de gobernar, que define como un "maldito trabajo difícil".
En este sentido, su propio esposo ha bromeado públicamente sobre la animadversión que se ambos se profesan y llegó a ironizar sobre la tranquilidad que le suponía saber que su mujer nunca lo abandonaría por el vecino, en relación a la residencia en el número 11 de Downing Street que Brown ocupaba en su condición de canciller de Exchequer.
CRISIS DE CONFIANZA
Así, en sus memorias, que en principio estaban previstas para otoño, pero que verán la luz finalmente a finales de este mismo mes, la durante 10 años primera dama aprovecha para recriminar al actual mandatario que "repiquetease las llaves" de la residencia oficial "sobre la cabeza" de Blair cuando en 2005 éste sufrió una "crisis de confianza" por las consecuencias de su decisión de apoyar la intervención militar en Irak.
Según ella, el de aquella dirigente habría considerado seriamente abandonar antes de la última cita con las urnas a la que se enfrentó, pero finalmente decidió repetir como cabeza de cartel de los laboristas para priorizar la política interna. Así, "sin duda" habría optado por retirarse de no haber sido porque Brown no había preparado la materialización de sus planes en ámbitos como la educación, la sanidad y el sistema de pensiones. "En vez de lo que Tony sentía, no tuvo otra opción que quedarse y luchar por las cosas en las que creía", declaró.
Estas revelaciones, que 'The Times' publica desde hoy de forma serializada, se producen en un contexto especialmente delicado para el actual primer ministro, tras el varapalo electoral sufrido el pasado 1 de mayo, la voces críticas en su propio partido acerca de su liderazgo y encuestas que coinciden en alertar de los números rojos que el laborismo atesora en la confianza de los votantes.
AUTOBIOGRAFÍA ESPERADA
En principio prevista para octubre, la autobiografía de Cherie Blair era especialmente esperada por los datos que pudiese contener en torno a los prolegómenos de la transición en Downing Street, materializada tras meses de polémica finalmente el pasado mes de junio, las razones por las que Tony Blair decidió presentarse a un tercer mandato y sus propias tensiones con el actual mandatario.
No obstante, aclara que no disfruta con las actuales dificultades por las que atraviesa Brown y, aunque subraya la "impaciencia" de éste por asumir el poder y reconoce el "problema" entre ambos , considera normal su defensa de su esposo: "Yo era una terrible guerrillera por Tony y estoy segura de que Sarah --la actual primera dama-- es guerrillera por Gordon". "Así debe ser", aseveró.
Además, niega las declaraciones en las que el ex asesor y recaudador de fondos de marido Lord Levy asegura que Blair le dijo en numerosas ocasiones que el actual mandatario no podría derrotar al líder laborista, David Cameron, en una contienda electoral. "Lord Levy no sabe nada", apuntó, ya que ella conoce la "creencia de Tony de que Gordon puede ganar y de que ha hablado con él acerca de cómo hacerlo". "Hablan aún ahora", apuntó.
