LONDRES, 4 Nov. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez) -
Royal Bank of Scotland (RBS) confirmó hoy que el valor de sus activos ha caído este año 6.100 millones de libras (7.500 millones de euros) en lo que supondrá el primer año de pérdidas para la entidad escocesa, que aspira aún a captar 19.700 millones de libras (25.000 millones de euros) para impulsar su balance general y reaccionar ante los pobres resultados de este ejercicio.
El banco pretende que 15.000 de estos millones se consigan mediante la oferta de nuevas acciones ordinarias que saldrán a la venta a 65,5 libras, por encima del precio actual, que se encuentra en 64,8 libras, si bien la operación está asegurada por el Gobierno británico en el que sentido de que, si los inversores no adquieren los títulos, el Ministerio de Hacienda se hará cargo de la participación a partir de fondos procedente de las arcas públicas.
Los movimientos se completarán además con un paquete de 5.000 millones de libras en acciones preferentes para el Ejecutivo, que también usará dinero público por unos valores que obligarán a la compañía a devolverlos al Gobierno antes de proceder a la distribución de dividendos a los accionistas.
En este contexto, la actuación de la entidad en el último trimestre condujo a una pérdida en los activos de 206 millones de libras, que se sumaron a los 5.900 millones de los que ya se había dado cuenta en los primeros seis meses de año. Sin embargo, finalmente el saldo fue más positivo que los 1.200 millones de activos que se podrían haber reducido entre julio y septiembre debido a cambios contables.
Con todo, el próximo director general de RBS, Stephen Hester, declaró esta mañana qe espera poder retomar el pago de los dividendos en 2010, bien tras completar la devolución obligatoria al Gobierno, o bien a partir de un nuevo paquete de acciones preferentes una vez que las condiciones del mercado hayan mejorado.
PLANTILLA, BONOS Y PERSPECTIVAS
Sin embargo, Hester, que tomará posesión del cargo en dos semanas, tras la marcha en octubre de Fred Goodwin, rechazó precisar un número de trabajadores de RBS que podrían perder sus trabajos como consecuencia de la revisión estratégica que actualmente mantiene ocupada a la cúpula directiva, a la espera de una mayor concreción cuando se den a conocer los resultados generales del actual ejercicio en febrero del próximo año.
Al respecto, se mostró convencido de que, pese a las "dificultades en el contexto económico" tanto en su banco como en los demás, las compañías "tienen la capacidad de administrarse medicinas a sí mismas" y, en consecuencia, vaticinó que "la fuerza y la experiencia para ser ganadores saldrá adelante".
En consecuencia, en torno a los bonos de este año, consideró que hay que "tener en cuenta" a "algunos" de los 170.000 trabajadores que han hecho un "trabajo fuera de serie y necesitan ser incentivados", dejando así la puerta abierta a una posible concesión. Con todo, dijo ser "consciente" de que las previsiones de los expertos apuntan a pérdidas a final de año como consecuencia de los importantes recortes de activos.
Por todo, avanzó un acercamiento "conservador" al balance general para los próximos años, centrado en los ámbitos de la banca particular, si bien subrayó que el banco continuaría un concepto "global", en lugar de atenerse en exclusiva a las operaciones en Reino Unido.
