Sarkozy remodelará su estilo presidencial tras el toque de atención de las urnas

Reuters
Actualizado: domingo, 16 marzo 2008 21:07


PARÍS, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, adelantó esta semana que tendría en cuenta el resultado que los franceses expresaran hoy domingo en la segunda vuelta de las elecciones municipales y cantonales que diseñarán el nuevo mapa del poder local y podrían certificar un considerable avance de la izquierda en detrimento de los conservadores de la UPM.

A falta de conocer el veredicto definitivo procedente de las urnas y el verdadero alcance de lo que la izquierda considera un voto de castigo al primer año de Sarkozy en el Elíseo, la prensa gala da por hecho que el primer cambio se operará precisamente en el estilo del presidente, que abandonará su marcada tendencia por el exhibicionismo, el lujo y la ostentación para mostrar una actitud más sobria y solemne.

Esta forma de 'represidencialización', como lo han bautizado ya en medios próximos a Sarkozy citados por RTL podría llevar al actual jefe del Estado a la paradoja de tener que seguir los pasos de su antecesor en el cargo, Jacques Chirac, de quien con tanto empeño ha querido distanciarse.

"Sarkozy sobre los pasos de Mitterrand", aventura incluso 'Le Journal de Dimanche', que dice que "el nuevo Sarkozy" podría tomar prestado el estilo Mitterrand como a juicio del diario demuestra la agenda del jefe del Estado galo para la próxima semana.

Sarkozy irá acompañado de sus más fieles y antiguos colaboradores a la meseta de Glières, emblema de la lucha de la Resistencia francesa frente a los nazis y el lugar al que Sarkozy hizo su último viaje en la campaña de las presidenciales. El bautizo del submarino 'El Terrible', encaja igualmente en este nuevo papel asignado al presidente.

También 'Le Monde' asegura que Sarkozy perfila una imagen más "presidencial" y que la reciente aprobación en Bruselas del controvertido proyecto de Unión para el Mediterráneo ha contribuido a rectificar su imagen.

En el Elíseo, según el rotativo galo, se espera que las citas europeas con motivo de la presidencia de turno de la Unión Europea en el segundo semestre del año 2008 y la reforma de las instituciones facilitarán las cosas.

No obstante, sobre el fondo de las reformas no habrá cambios ni tampoco en los rostros actuales del Gobierno pero sí en la sensación de agitación y desorden que se ha podido transmitir a la opinión pública en los meses recientes."Hay que saber adaptarse al terreno de los sondeos", admite un consejero del Elíseo.

Así pues, a partir de mañana se espera que en cualquier momento se materialicen los cambios anunciados en los últimos días por el entorno del presidente, el primero de ellos en la propia imagen del portavoz, David Martinon, que desaparece para dejar paso al secretario general del Elíseo, Claude Guéant, y al consejero diplomático Jean-David Levitte.

En el Gobierno se espera la creación de dos o tres nuevas secretarías de Estado y ningún cambio en el equipo de François Fillon, no sólo porque ha visto a doce de sus ministros refrendados en la primera vuelta de la contienda electoral, sino porque el propio Sarkozy consideró poco acertado realizar cambios a tres meses de asumir la presidencia de turno de la UE.

SITUACIÓN EN LA UMP

Aunque los analistas especulan con la posibilidad de que el revés electoral de la derecha se cobre alguna víctima en la propia UMP, 'Le Journal de Dimanche' sostiene que el secretario general de la formación, Patrick Devedjian, "salvará el pellejo", por más que haya sido ya considerado como el "cabeza de turco" de una derrota anunciada y blanco de todo tipo de críticas procedentes de sus propias filas, que le acusan de falta de entusiasmo y determinación.

Según el semanario 'Le Point', la situación en la UMP está en parte bloqueada y no es ningún secreto que Sarkozy abomina de las carencias de su partido y considera a Devedjian parcialmente responsable de la debacle. La segunda vuelta de las municipales puede, por tanto, cambiar el paisaje profundamente y, según 'Le Point', hacer necesario un 'plan B' para un presidente en apuros.