NAIROBI, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
El balance de víctimas mortales como consecuencia de las dos explosiones que se produjeron ayer en el puerto de la ciudad de Bosasso --en la región somalí de Puntland-- asciende a 21, mientras que el número de heridos es de 69, según informó hoy la agencia de noticias de la ONU, IRIN, citando fuentes oficiales.
El alcalde de Bosasso, Abdirizaq Hareed, dijo que las dos deflagraciones consecutivas ocurrieron en torno a las 20.00 horas (hora local) de ayer y que casi todos los fallecidos y heridos son inmigrantes etíopes, los cuales han sido enterrados en una fosa común.
Las autoridades aún no han podido determinar la autoría de los hechos. "La policía está siguiendo varias pistas en su investigación pero no descansaremos hasta que detengamos a los culpables", afirmó Hareed, que añadió que las autoridades controlan la situación y harán "todo lo posible para preservar la paz".
El doctor Yassin Farah Artan señaló que los 69 heridos se encuentran hospitalizados y que algunos de ellos presentan "horribles heridas", por lo que la cifra de muertos podría aumentar. Además, indicó que las habitaciones del hospital se encuentran llenas, lo que obliga a atender a algunas personas en los pasillos.
El vicepresidente de Puntland, Hassan Dahir Af Qurac, condenó el ataque y consideró que su objetivo era desestabilizar la región. "No toleraremos una acción terrorista como ésta y los que están detrás del ataque serán llevados ante la Justicia".
La región semiautónoma de Puntland es ahora una zona relativamente pacífica comparada con el resto de Somalia. Hareed aseveró que éste es el primer incidente de este tipo que ocurre aquí y lo calificó de "acto inhumano". "No puedo imaginarme por qué alguien querría atacar a estas personas", agregó.
Miles de personas que huyen de la violencia y de la pobreza desde Somalia y Etiopía se arriesgan a atravesar el país del Cuerno de África para finalmente llegar a Yemen, en donde esperan iniciar una vida mejor. Pero el viaje a través del golfo de Aden es peligroso, y cientos de personas mueren cada año en el intento, debido a que sus embarcaciones, a menudo demasiado llenas, se hunden en unas aguas plagadas de tiburones.
