Vaticano.-El Papa propone la Transfiguración y el primer domingo de Cuaresma como los "dos pilares" de la vida cristiana

Europa Press Internacional
Actualizado: domingo, 17 febrero 2008 19:00

CIUDAD DEL VATICANO, 17 Feb. (EP/ACI) -

El Papa Benedicto XVI propuso el pasaje de la Transfiguración, junto al del primer domingo de Cuaresma, como los "pilares" de este tiempo y de toda la vida cristiana durante la oración del Ángelus de este domingo al mediodía.

"Prosiguiendo el camino penitencial, la liturgia, después de habernos presentado el domingo pasado las tentaciones de Jesús en el desierto, nos invita a reflexionar sobre el evento extraordinario de la Transfiguración en el monte", dijo el Pontífice, en declaraciones recogidas por la agencia ACI.

El Papa señaló que mientras el pasaje de la tentación es "preludio del gran duelo final de la Pasión, la Transfiguración "anticipa la gloria de la Resurrección", y explicó que por un lado "vemos a Jesús plenamente hombre", por otro; "contemplamos al Hijo de Dios, que diviniza nuestra humanidad".

"De esta manera -prosiguió- podemos decir que estos dos domingos fungen de columnas sobre las cuales se apoya todo el edificio de la Cuaresma hasta la Pascua, e incluso toda la estructura de la vida cristiana, que consiste esencialmente en el dinamismo pascual: de la muerte a la vida".

"La Transfiguración es un acontecimiento de oración: orando Jesús se sumerge en Dios, se une íntimamente a Él, adhiere con su propia voluntad la voluntad de amor del Padre, y así la luz lo invade y aparece visiblemente la verdad de su ser: Él es Dios, Luz de Luz"; señaló el Papa, al indicar la relación de las vestiduras blancas y radiantes de Jesús en el Bautismo. "Aquí está el punto crucial: la Transfiguración es anticipo de la resurrección, pero ésta presupone la muerte. Jesús manifiesta a los Apóstoles su gloria, para que tengan la fuerza de enfrentar el escándalo de la cruz, y comprendan que es necesario pasar a través de muchas tribulaciones para llegar al Reino de Dios", dijo el Papa.

El Pontífice concluyó que "para entrar en la vida eterna es necesario escuchar a Jesús, seguirlo por el camino de la cruz, llevando como Él la esperanza de la resurrección. 'Spe salvi', salvados por la esperanza. Hoy podemos decir: 'Transfigurados por la esperanza'".

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