SANTA CRUZ DE TENERIFE 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un 17 por ciento de la isla de Tenerife se encuentra amenazada por la erosión como consecuencia del abandono progresivo de la agricultura, afectando especialmente a las zonas de medianías de la vertiente sur de la isla.
Así se desprende del Plan Territorial del Paisajes del Cabildo de la isla, que se encuentra actualmente en exposición pública. En dicho documento recoge que "por desgracia" el abandono de la actividad es una práctica generalizada en todo el territorio insular.
Puntualizando que "durante las últimas décadas, este hecho ha estado ligado a la mejora económica general y a la pérdida de rentabilidad de estos cultivos, pero asimismo al fenómeno de la urbanización y la construcción periurbana y rural, que constituye un impacto importante, sobre todo en las fincas o terrenos de mayor superficie".
Según esta información, la gran mayoría de los terrenos de cultivo abandonados son los más pequeños (60%) y los medianos (21%) tanto en el sur como el norte de la isla, si bien las medianías son los más afectados, concretamente, en el macizo de Arona y en el valle de Adeje-Guía, así como en los macizos de Daute y Acentejo, podemos encontrar terrenos labrados de tamaño grande y mediano.
"Este fenómeno adquiere tintes dramáticos, si tenemos en cuenta que de la totalidad de tierras que en algún momento se dedicaron al cultivo (que representan casi un 13% del territorio insular), se ha perdido este uso en casi el 60%" recoge el avance del plan.
Este abandono de cultivos se asocia directamente al riesgo de erosión y pérdida de suelo, refiriéndose a la "sobre-erosión" o erosión inducida, es decir, la que resulta del abandono de los cultivos con la consiguiente pérdida de vegetación y la protección que ejerce sobre la tierra.
La situación real lleva a la conclusión a los responsables del documento que "casi un 17% de la superficie de la isla está amenazada de erosión por esta causa".
Los terrenos más afectados se concentran a lo largo de las medianías de la vertiente sur, con área de mayor intensidad en el valle de Adeje-Guía y en el macizo de Agache. En cambio, en la costa norte no encontramos manifestaciones significativas de erosión.